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TENIS: Masters de Nueva York

Arantxa y Conchita vuelven al Madison

De rebote y casi con calzador entró Arantxa Sánchez Vicario en el campeonato final de la WTA, el Masters femenino, que hoy comienza en el Madison Square Garden de Nueva York. En realidad, se había quedado fuera cuando la alemana Anke Huber la superó en la clasificación que da acceso a este campeonato, en la que se suman los puntos conseguidos durante el año. Eso fue el pasado lunes. Pero mediada la semana se supo que la norteamericana Monica Seles no acudiría a la cita debido a una lesión en el pie derecho que arrastra desde hace varias semanas. Luego llegó otro sufrimiento: podía perder de nuevo su plaza si la norteamericana Amy Frazier superaba los cuartos de final del Torneo de Filadelfia frente a... Martina Hingis. La misión era casi imposible. Y falló.La consecuencia fue que Arantxa logró su plaza para el Masters y se unió a la aragonesa Conchita Martínez, que se había asegurado ya su clasificación con anterioridad. Por tanto, las dos mejores jugadoras de la historia del tenis español volverán a estar juntas en el Masters. Es una situación que se viene reproduciendo desde que ambas accedieron por primera vez en 1989, el año en que Arantxa ganó su primer Roland Garros. El hecho constituye un auténtico récord para el tenis español.

Arantxa y Conchita logran su clasificación a los 27 años y en una temporada marcada por las lesiones y los malos resultados. Lo mejor del año para ambas fue las semifinales de Roland Garros a las que accedió Arantxa. Conchita fue eliminada en cuartos de final. En el resto de torneos del Grand Slam, ni una ni la otra pasaron de unos octavos de final. Sin embargo, las dos consiguieron salvar su cotización ganando un torneo: Arantxa se impuso en El Cairo y Conchita en Sopot. Pero no pudieron impedir que su ranking fuera cayendo de forma progresiva e imparable hasta situarse en los puestos 13º y 17º en que están ahora.

La cuestión que se plantea a partir de hoy en el Madison Square Garden es si alguna de las dos será capaz de superar la primera ronda. El año pasado, ambas cayeron en su debut. Y los augurios no son mucho más optimistas esta temporada. En el Madison se reúnen las 16 mejores tenistas del momento, y este año la lista incluye a muchas jugadoras nuevas en el evento que se distinguen por la ferocidad de su juego: Venus Williams (no pudo jugar el año pasado por una lesión en su rodilla izquieda), Serena Williams, Barbara Schett y Amelie Mauresmo.

Ahí están ya algunas candidatas al triunfo. Pero en la lista de favoritas no pueden faltar la suiza Martina Hingis, actual número uno del mundo, ni la estadounidense Lindsay Davenport, campeona esta temporada en Wimbledon. El factor distintivo de este Masters respecto a los anteriores es que el juego será más veloz. Ese aspecto no lo duda nadie.

El tenis femenino ha sufrido una mutación muy importante en los últimos años. La llegada de las hermanas Williams y de mujeres tan atléticas como Mauresmo o Davenport han modificado los mismos esquemas del juego. Ahora las piernas resuelven menos, porque todo va mucho más rápido. Y la mentalidad es más ofensiva. Para luchar contra la potencia de los golpes de las hermanas Williams o Davenport hace falta tanta o más potencia y solidez. Hay que intentar desplazarlas, porque es la única forma de ralentizar un poco el juego y desequilibrarlas. Hingis lo intentó en el Open de Estados Unidos, pero no lo consiguió. No alcanzó su mejor nivel, y se convirtió en una jugadora incluso mediocre ante Serena Williams. Su principal problema fue que no tuvo tiempo de pensar, sólo de correr tras la bola.

Las condiciones del Masters no favorecen especialmente el juego de tenistas como Hingis, Arantxa o Conchita. En indoor, la bola no tiene roce y, por tanto, va más rápida. Pero es seguro que la suiza aparecerá con una nueva estrategia de juego, porque en el Open americano descubrió que debía mejorar varios aspectos técnicos para permanecer en la élite. Steffi Graf también lo descubrió y optó por una retirada prematura para preservar todo el esplendor de su carrera. En el Madison recibirá un homenaje.

También Arantxa lo sabe. Y hace tiempo que trabaja, con excelentes resultados, en la mejora de su derecha y en dar más agresividad a todo su juego. Este año, una lesión en su muñeca izquierda la ha obligado a recortar sustancialmente su temporada. Y Conchita sigue siendo una incógnita. Tiene calidad para seguir arriba. Pero con eso no basta.

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