EE UU avanza en las negociaciones para el ingreso de China en la OMC
Los países menos desarrollados desconfían de la 'cumbre' de Seattle
La representante de Comercio Exterior de Estados Unidos,Charlene Barshefsky, ha mantenido en Pekín una "provechosa" reunión de trabajo con las autoridades chinas sobre el ingreso de este país en la Organización Mundial de Comercio (OMC), se informó ayer en Washington.Barshefsky se reunió con el primer ministro chino, Zhu Rongji, y con el ministro de Comercio Exterior, Shi Guangsheng, y las conversaciones continuaban esta madrugada, hora española, dijo un portavoz de la representante de Comercio en Washington. Aunque el diálogo se consideraba ayer estancado, "Barshefsky tuvo el sábado una sesión provechosa con Zhu y Shi", precisó el portavoz.
La intención de estas conversaciones es que China se incorpore a la OMC antes de que, a finales de este mes, se lance la nueva ronda de conversaciones para liberar el comercio internacional.
"Creo que sería bueno para China estar en la Organización Mundial de Comercio", ha declarado el presidente estadounidense, Bill Clinton, que es el principal impulsor para alcanzar un acuerdo con China.
Enfriamiento
El bombardeo de la Embajada china en Belgrado, durante los ataques de la OTAN contra Yugoslavia, enfrió totalmente las relaciones entre EE UU y China, pero en las últimas semanas se han percibido gestos por ambas partes para reanudar las relaciones, incluso en el área militar.China deberá abrir sus mercados para poder estar dentro de la OMC, en la que sus 134 países miembros imponen las normas que regulan el comercio internacional.
La OMC se reunirá en Seattle, Estado de Washington, entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, y de esos encuentros se espera que surjan nuevos mecanismos para regular el comercio mundial.
Pero las perspectivas de esta reunión fueron ayer calificadas de "nada prometedoras" por el representante de Pakistán ante la OMC en Ginebra, que habló en nombre de numerosos países en vías de desarrollo y que mostró su decepción por la poca flexibilidad de los negociadores.
Por tercera vez en pocos días, el director general de la OMC, Mike Moore, también mostró pesimismo y decepción por los resultados conseguidos hasta ahora en la preparación de una agenda que permita lanzar la nueva negociación para abrir mercados y fomentar el comercio. Pero Moore también quiso eludir un tono derrotista al afirmar que la reunión de Seattle "está condenada al éxito porque el precio del fracaso sería demasiado alto".
Las principales dificultades para avanzar en la elaboración de una agenda para la Ronda del Milenio son la negativa de la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Suiza, Noruega y algunos países de Europa Oriental a aceptar una apertura radical de la agricultura, que la ponga a merced del libre mercado, y el retraso en la puesta en práctica de acuerdos ya tomados en la ronda anterior.
Una gran cantidad de países, sobre todo entre los menos desarrollados, quieren mayor acceso a los mercados agrícolas de los países ricos y una mayor exportación de productos textiles.
La Unión Europea insiste en la necesidad de una ronda amplia que considere muchos otros aspectos relacionados con el comercio como la necesidad de reducir los aranceles para productos industriales y la elaboración de un acuerdo sobre inversiones y competencias.
Los países menos desarrollados también se niegan a que se establezca una relación entre el comercio y el mantenimiento de los derechos laborales básicos de los trabajadores, tal como han pedido Estados Unidos y la Unión Europea.
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