Valerón, sobre todos los demás jugadores
Un tipo silencioso y esquivo, con el que no cuentan en el Atlético, lideró ayer a la selección
Cuando el seleccionador de Brasil Candinho dijo antes del partido que no bastaba con tapar a Guardiola para frenar a España, enumeró una serie de hombres con fama de decisivos en la selección roja: "Están Raúl, Morientes, Luis Enrique...". Y tenía razón. Sólo que se olvidó del jugador que estaba llamado a mover a España, un tipo silencioso y esquivo con el que no cuentan en su club, el Atlético. Un jugador que ayer se movió entre el medio centro y la media punta con un tranco cadencioso que encierra velocidad. Ojo rápido para ver el panorama de un vistazo, el pase largo a la bota de su compañero desmarcado, el toque en corto, y hasta el sentido de la anticipación para robar balones. Candinho no se había quedado con su nombre. Pero desde ayer, sabrá que si Brasil esperaba matar a España en un contragolpe y no pudo, fue porque casi no vio la pelota. La tuvo Juan Carlos Valerón, de 24 años. Ese es el nombre de otro internacional español que hay que tener en cuenta.El de ayer fue el sexto partido de Valerón en la selección. Siempre con Camacho. El canario hizo un trabajo perfecto y demostró que era cierto lo que dijo el día anterior. El viernes aseguró que en la selección "encuentra más espacio" para su juego que en el Atlético en una reivindicación de su trabajo con Camacho frente al que le pide su entrenador, Claudio Ranieri, que le ha marginado en el banquillo y ha puesto en el equipo titular a Rubén Baraja, otro media punta de similares prestaciones. A Valerón sólo le faltó meter un pase de gol, o convertirlo él mismo, para bordar la noche. Y salvo eso, cerró una demostración de todas las cosas que sabe hacer, y que Ranieri le reprocha porque no hace. Robar balones, asfixiar al contrario, y tocar rápido. Valerón lo hizo todo. Perseguir a Rivaldo, quitarle la pelota a Anderson desde atrás o entorpecer su disparo a puerta, mortificar a Emerson cada vez que intentaba sacar el balón jugado... Poco trabajo le quedó por hacer a Guardiola, que por momentos, quizá solapado, se entregó a la contemplación de su compañero en el medio centro.
Si Camacho afirmó el viernes que España tiene jugadores con dotes que Brasil no tiene, uno de ellos es Valerón. Porque no se vio en Brasil un medio campista semejante. Ni Emerson, ni Zé Roberto, y mucho menos Assunçao, mostraron capacidad para tirar paredes o poner pases de precisión. El centro del campo de Brasil es el centro neurálgico de los cálculos del seleccionador-científico, Wanderley Luxemburgo, que a lo visto ayer, ha transformado a su equipo en una selección abocada a cerrarse, robar y contragolpear. Brasil no quiere tener el balón en el centro del campo. Quiere recuperarlo y trasladarlo rápido. "Queremos dar la sorpresa a España", dijo Roberto Carlos el jueves pasado. "Eso sería bonito". Quizás el lateral izquierdo del Madrid se refería a un empate a cero. Pues después del partido de ayer declaró que, después de todo, "Brasil jugaba en campo contrario".
No funcionó la máquina amarilla y en parte fue culpa de Valerón. Un jugador con el que Camacho ha decidido hacer una excepción. Es el único internacional que a pesar de no jugar en su equipo, es llamado, en contra de las costumbres y las afirmaciones del seleccionador. Después de lo que demostró ayer se comprende. Quizás Valerón es ese hombre a la sombra de los nombres más célebres de España; tapado por Guardiola, Raúl, Morientes y Luis Enrique. El técnico de Brasil, Candinho, atribuyó lo sucedido en el campo, después del encuentro, a la sobrecarga de partidos impuesta a su selección, y a las ausencias de estrellas que ello conlleva... "y a España, que en el primer tiempo ha tenido la pelota, se ha metido en nuestro terreno con sus cuatro volantes y no nos ha dejado acercarnos con peligro ni una vez a la puerta de Molina". En suma: es probable que Candinho siga sin acordarse de su nombre, pero ayer, la culpa la tuvo Valerón.
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