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Serra anuncia que en junio se celebrará el 9º congreso del partido

Enric Company

Sin resquemor por haberse quedado a un paso de la presidencia de la Generalitat, Pasqual Maragall describió ayer el resultado de las elecciones del 17 de octubre como el inicio de un cambio que ha situado al PSC como "eje de la política catalana", pero le ha dejado transitoriamente en la oposición. Ante el consejo nacional del PSC, Maragall aceptó esta situación como un avance respecto a la anterior, y se declaró dispuesto a trabajar para conseguir la alternancia en la Generalitat sin prisas, con serenidad, rigor y esperanza. "El pueblo es sabio, a veces puñetero, y sutil", sentenció, "y le ha dicho a Jordi Pujol: "ve marchándote"; y a nosotros, "idos preparando, os votamos pero no gobernéis todavía".

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La primera reunión del consejo nacional del PSC después de las elecciones estaba destinada a analizar los comicios autonómicos. En sendas intervenciones abiertas a la asistencia de los periodistas, Maragall y Narcís Serra, primer secretario del PSC, defendieron los resultados conseguidos como un gran éxito, aunque insuficiente. Serra los calificó como "el salto más grande dado en unas elecciones" en Cataluña. El PSC superó una diferencia de 500.000 votos y 16 puntos porcentuales, recordó. Que fuera el partido con más votos resultó insuficiente para ser el que obtuviera más escaños porque durante 20 años Pujol no ha querido modificar una de las imposiciones de UCD en la elaboración del Estatuto de Autonomía, que era la de infrarrepresentar a la provincia de Barcelona en el Parlament.Pese a ello, afirmó, los resultados del 17 de octubre han abierto ya una nueva situación políticaque llevará a Maragall a la presidencia de la Generalitat. "Nadie duda hoy en Cataluña que el pujolismo se acaba y que en el gobierno le sustituirá el progresismo", aseguró.

Maragall destacó que el PSC es la fuerza que ha tenido más votos en las últimas elecciones legislativas, locales, europeas y autonómicas y eso le sitúa ahora como "eje y punto de referencia" de la política catalana. Desde esa posición, habrá que seguir trabajando para consumar el cambio que se ha iniciado. Dio dos razones de índole distinta para explicar que el cambio no se lograra el 17 de octubre. Uno fue la falta de neutralidad de los medios de comunicación públicos y la dependencia de algunos privados respecto a CiU. El otro fue que "había deseo de cambio, pero el cambio no tenía credibilidad".

Esta última explicación conecta con la discusión que, de manera soterrada, han tenido los socialistas en las últimas semanas sobre la forma en que se organizó la campaña electoral.

Algunos de los 25 consejeros tomaron la palabra para sostener que el partido no se sintió suficientemente motivado y no se movilizó hasta el último momento porque la campaña electoral fue dirigida por el equipo de Maragall, desplazando al dispositivo habitual. Tanto Maragall como Serra defendieron en su informe la opción tomada. Serra dijo que, con vistas al futuro inmediato, los objetivos deben ser la mejora de la eficacia y la apertura del partido". Respecto al futuro de Ciutadans pel Canvi, el primer secretario se pronunció en favor de continuar y reforzar la colaboración iniciada. "No han de ser ni un partido ni un mero instrumento electoral", advirtió. Serra anunció que el próximo congreso del PSC, el noveno, se convocará para el mes de junio tras las elecciones legislativas.

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Maragall explicó que la incorporación de un tercio de independientes a su candidatura era una exigencia de la oferta de cambio. "Teníamos que demostrar que éramos capaces de comenzar cambiando nosotros", dijo. Agregó que el grupo del PSC-Ciutadans pel Canvi es el mejor del Parlament, y eso demuestra que "era acertada la filosofía" seguida para formarlo.

Maragall defendió también la decisión de la dirección socialista de insistir después de las elecciones en que había sido la fuerza más votada. Existía el riesgo de que este hecho fuera literalmente ignorado por el aparato mediático controlado por CiU, afirmó.

Junto a las referencias a las elecciones, Maragall introdujo algunas observaciones al proceso posterior. Destacó que todos los demás partidos perdieron votos y escaños y aunque el resultado de ERC fue "el menos malo de todos los malos" no hay motivos para adoptar el papel de "rey del mambo" que sus dirigentes parecen querer darle. Calificó como vodevil los esfuerzos de CiU para apoyarse en el PP y ERC al mismo tiempo. Y dio esta visión sobre el futuro sucesor de Pujol: "Ahora ya son tres, Mas, Duran y Carod; y no se sabe si [el sucesor] será el hijo de la casa, el novio de la hija o el hijo del masover".

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