"Cuando fuimos campeones del mundo"
Los ingleses inventaron el fútbol, pero los escoceses lo definieron a través del pensamiento. Hoy se enfrentan en Glasgow dos selecciones que empezaron su largo contencioso de 108 partidos en 1872, también en la portuaria ciudad escocesa. El partido terminó en empate a cero, curioso resultado para dos equipos que utilizaron hasta ocho delanteros. Nueve años antes se habían redactado en Londres las 14 reglas que hicieron del fútbol lo que el fútbol es hoy: el deporte más masivo del mundo. Eran reglas sencillas que los ingleses interpretaban sencillamente y los escoceses con refinamiento.En aquel primer duelo, los ingleses se sorprendieron de la sofisticada decisión del entrenador escocés, que jugó con dos defensas, en lugar del zaguero solitario que predominaba por entonces. También se preguntaron por el extraño interés que tenía los escoceses en pasarse el balón. Los ingleses entendían el juego de otra manera. Corrían con la pelota y driblaban todo lo que podían, hasta que la perdían. Y vuelta a empezar. Al fútbol se le conocía como el dribling game (el juego del regate). Los escoceses inventaron el passing game (el juego del pase). No es una diferencia cualquiera. A través del dribling como única forma de juego, los partidos eran una montonera. Por medio del pase, el fútbol se ordenó, conoció sus primeros aspectos tácticos, comenzó a estructurarse y cobrar una arquitectura.
La influencia escocesa sobre el fútbol ha sido abrumadora para el desarrollo universal del juego. Escocés era William McGregor, presidente en 1888 del club inglés Aston Villa. McGregor lanzó la idea de crear una Liga profesional de fútbol, a la manera del campeonato de béisbol en Estados Unidos. En el otoño de 1888, arrancó con 12 equipos la primera Liga inglesa.
Han pensado mucho los escoceses sobre el fútbol. No extraña, por tanto, la importancia de sus entrenadores sobre el destino del fútbol inglés, desde Matt Busby hasta Alex Ferguson, pasando por el incomparable Bill Shankly, hacedor del Liverpool y patriarca del passing game. Y lo mismo ocurre con los jugadores, algunos de los cuales son imprescindibles para explicar la mística del fútbol en el Reino Unido. Gente como Dennis Law, Charlie Cooke, Billy Bremner, Jim Baxter o Kenny Dalglishk. Todos jugaron en Inglaterra, pero ninguno olvidó sus orígenes cuando les tocaba enfrentarse con sus detestados vecinos del sur. Dennis Law, delantero del Manchester United y Balón de Oro en 1964, prefirió jugar al golf antes que ver por televisión la victoria de Inglaterra sobre Alemania en la final de la Copa del Mundo de 1966. Escocia no se clasificó para dicha edición, pero tenía preparada una revancha que ha pasado a la historia del fútbol.
El 15 de abril de 1967, Inglaterra recibió a Escocia en Wembley. Fue un festival escocés, con dos protagonistas principales: Jim Slim Baxter y Law. Baxter, un genio con una afición desmedida por el alcohol, humilló a los ingleses con el desdén que se reserva a los inferiores. Les hacía jueguitos con el balón, se burlaba de ellos, les tiraba caños... Law tuvo el honor de marcar el gol de la victoria escocesa. 2-3 en Wembley. "Si Inglaterra ganó el Mundial, y nosotros hemos ganado a Inglaterra, sólo hay una conclusión posible: nosotros somos los campeones del Mundo", argumentó Law con toda lógica.
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