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José Ramón Sánchez cierra con "El siglo del cine" su etapa como pintor

Caricaturista, ilustrador, cartelista publicitario y pintor, a José Ramón Sánchez (Santander, 1936) lo que le interesa ahora es aprender a de los maestros del Barroco. "Lo que quiero es aprender a pintar. Soy un alumno imaginario del taller de Velázquez", afirmó ayer en la inauguración de la muestra El siglo del cine en el Casino de la Exposición de Sevilla con la que de momento concluye su faceta como pintor. Son unos 100 óleos que recorren la historia del cine a través de sus mejores títulos y estrellas.

La exposición, organizada por la delegación de Cultura del ayuntamiento sevillano, es la tercera una serie dedicada al cine, una de las grandes pasiones de José Ramón Sánchez. La primera, la gran aventura del cine, exhibida en Sevilla en 1983 en el antiguo Museo de Arte Contemporáneo, era un recorrido por el género cinematográfico en general y el cine americano en particular. En la segunda, titulada 50 años de cine español -que también llegó a la capital andaluza, tres años después- el pintor hizo un repaso por las 30 películas españolas más importantes.Con El siglo del cine, Sánchez, autor de las ilustraciones de El Quijote en ediciones Anaya, cierra esta serie que comenzó en la década de los ochenta, aunque su obsesión por pintar películas, declaró, arranca de la adolescencia. A través de 35 cuadros que recogen escenas de algunas de las películas que considera más significativas en la historia del cine y de 40 retratos de actores y actrices, el autor ofrece una visión histórica de los maestros del séptimo arte: los inicios mudos, el cine japonés y ruso, la nueva ola francesa, la filmografía inglesa, el expresionismo alemán, los grandes directores norteamericanos y el cine moderno.

También forman parte de la muestra -abierta hasta el 11 de diciembre- una treintena de cuadros pequeños de una misma secuencia del Acorazado Potemkim, que Sánchez, que considera la cumbre del séptimo arte. "El cine perdió cuando se hizo sonoro. El mudo tenía un lenguaje universal mucho más rico. Cuando empieza a hablar pierde algo de su magia" señaló el artista, que cree que desde entonces no ha progresado. "El acorazado Potemkim no ha sido superado. La escena de las escaleras de Odessa es la Capilla Sixtina del cine". Ésta será su última exposición. Sánchez, que no se considera un pintor, quiere aprender. "Me interesa penetrar el espíritu de Velázquez. Me imagino que soy un aprendiz de su taller. Por ahora no quiero pintar, sino conocer", aseguró.

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