Rodilla se vincula al Pamesa Valencia hasta el final de su carrera
Líder en la pista y pionero fuera de la misma. El Pamesa Valencia se ha empeñado en convertirse en el referente de todo el baloncesto español. Ayer, ratificó su espíritu innovador con una medida insólita. El club presidido por el empresario Juan Roig se aseguró la continuidad de Nacho Rodilla, su buque insignia. Y no por uno, dos o tres años, sino de por vida. Nacho Rodilla, el jugador nacional más en forma de la actualidad, firmó ayer con el Pamesa un contrato vitalicio que sólo expirará a la conclusión de su carrera deportiva. El nuevo compromiso entre Rodilla y el Pamesa se ha sellado con un simple apretón de manos. "La única cláusula de rescisión", explicó ayer Roig, "son los cinco dedos de mi mano unidos a los suyos", señalaba el presidente para describir la filosofía del pacto. En principio, sólo una llamada de la NBA podría obligar de nuevo a retomar el futuro del base internacional. Aunque claro, como todo en esta vida, también este compromiso vitalicio entre el Pamesa y Rodilla es relativo. Porque ¿qué ocurriría si, por ejemplo, uno de los adinerados clubes griegos, atraído por la meteórica progresión del valenciano, pusiera sobre la mesa cifras mareantes tanto para el Pamesa como para el propio jugador? ¿Mantendría el mismo valor ese simbólico apretón de manos? Preguntas cuyas respuestas sólo se puedan saber con el paso del tiempo. Con todo, tanto Juan Roig como Rodilla insistían ayer en la firmeza del acuerdo.
Durante la multitudinaria rueda de prensa, el gran protagonista expresaba su satisfacción por "ligar mi futuro al club de mi tierra. Es lo que siempre he dicho y es lo que siempre he querido".
Si por algo se caracteriza el jugador de moda de la ACB es por su madurez, por su temple. Nada o casi nada le descentra. En la cancha, nunca pierde la compostura. Fuera de la pista ni se enerva por las críticas, ni se ruboriza por los halagos. Tiene la cabeza bien armada. Ahí radica gran parte de su éxito. En el Pamesa, a pesar de su juventud -25 años-, ya es toda una institución. Y desde ayer, más todavía. Sólo le falta ganarse la plena confianza del seleccionador nacional, Lolo Sainz. Tal vez sea en Sydney2000.
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