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Antonio Sosa convierte sus esculturas de mármol en poemas

Margot Molina

Para Antonio Sosa (Coria del Río, Sevilla, 1952) el arte es el resultado de un complicado equilibrio entre el sentimiento y un sistema analítico de pensamiento. Sus esculturas de mármol están más cerca de un poema que de una obra plástica. Sosa, que no realizaba una exposición individual en Sevilla desde 1996, presenta en la galería Rafael Ortiz, una selección de sus últimas obras. Junto a las esculturas, muestra una colección de 24 dibujos en los que vuelve a recurrir al mundo de los sueños. Partes del cuerpo que se convierten en cáscaras, espirales y corazones pueblan su universo creativo.

Antonio Sosa, uno de los escultores más sólidos en el panorama andaluz, tiene dos formas de mirar su obra: como creador o como espectador. "Cuando estoy trabajando plasmo las imágenes de mis sueños que me llegan de una forma casi automática. Sin embargo, mirar la obra una vez que está terminada me sugiere cosas distintas", explica Antonio Sosa, cuyas obras están en las colecciones como las de la Biblioteca Nacional, del Centro de Arte Reina Sofía, ambos de Madrid; de la colección Fundación La Caixa y del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.En la instalación Nubes de primavera, compuesta por 14 piezas de mármol blanco, Sosa retoma elementos que aparecen en trabajos anteriores como el corazón, la mano, la palmera o la espiral. El artista trata cada uno de los elementos como si fuera un ex voto, con ese aire de ingenuidad y rotundidad que caracteriza a esas piezas. "Me interesa hacer elementos vacíos de contenido. Es como si presentara la cáscara de una idea y eso me remite al proceso de transformación por el pasamos las personas al enfrentarnos al arte", asegura el artista que ha reunido en esta exposición cinco esculturas y 24 dibujos, la mayoría al carbón.

La muestra, que estará abierta hasta el 11 de diciembre, incluye varios autorretratos en los que la cabeza del artista aparece en una bandeja, como si se tratase de una ofrenda. "La representación de partes del cuerpo vacías me remite siempre a la idea de la cáscara como transformación, como búsqueda constante de la verdad", explica el artista.

Junto a esculturas como la titulada Montaña, Sosa ha incluido varios dibujos ajenos a su trabajo anterior en el que las figuras aparecen rodeadas de ornamentos vegetales.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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