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Incompetencia y mezquindad

Santiago Segurola

No hay duda de que el Madrid tiene un problema con los porteros. Y probablemente con la preparación de los porteros. Después de la derrota frente al Atlético de Madrid, este periódico se interesó por el plan que sigue el Madrid con sus guardametas. Por lo visto, no hay directrices claras. "¡Paco, coge a los porteros!", es la consigna de Toshack a Paco Jiménez, cuarto entrenador del equipo. Mientras tanto, es habitual ver a Casillas y Bizzarri lanzarse balones fuera del grupo integrado por el resto de la plantilla. No parece la fórmula adecuada para adiestrar a los porteros de uno de los equipos más exigidos del mundo. En lugar de repartir culpas entre sus guardametas, Toshack debería responsabilizarse de una situación que no favorece la progresión de unos muchachos sometidos a una presión extrema.Pero como en el Madrid todo el mundo se trabaja la excusa y la coartada, la secuencia de despropósitos siguió ayer con la publicación de una carta en el diario Marca de Miguel Ángel, antiguo portero del Madrid, ex delegado, adiestrador de los guardametas durante algunas temporadas y actual director de la Ciudad Deportiva. En fin, un empleado del club que no duda en desbarrar con un asunto extremadamente sensible para la sociedad que le paga. A lo único que no traiciona Miguel Ángel en su carta es a su vanidad. Cualquier crítica suya sobre la preparación de los porteros debería instalarse en el ámbito del club, sin permitirse la más mínima indiscreción. Lo demás sólo puede interpretarse como un acto de sabotaje.

La sorprendente conducta de Miguel Ángel corresponde a la fantasmagórica estructura deportiva del Real Madrid, donde no se sabe qué predomina más, si la mezquindad o la incompetencia. La regresión de la cantera es notoria. Algo sucede en un sistema que no ha procurado jugadores para el primer equipo en los últimos cuatro años. Sólo timidamente apunta la figura de Casillas. Por lo demás, un erial.

Siempre resulta difícil el ingreso de los jóvenes de la cantera en clubes como el Madrid o el Barcelona. En el Madrid sólo permanecen dos: Raúl y Guti, los principales exponentes del meritorio, y nunca suficientemente reconocido, trabajo emprendido por Valdano y Ramón Martínez en la temporada 94-95. Su esfuerzo selectivo derivó en el descubrimiento de Raúl y Guti, pero también en la detección de un amplio número de jugadores ahora instalados en la Primera División. Entre otras cosas, eso significa una abundante fuente de ingresos para el club. El Barça lo puede proclamar más alto que nadie. Con la estructura que generó Cruyff, el Barcelona ha obtenido casi 5.500 mil millones de pesetas por los traspasos de Iván de la Peña, Celades, Óscar y Roger. Gran negocio magnificado porque ninguno de ellos es titular en sus actuales equipos.

Si el Barça ha trabajado con eficacia, el Madrid lo ha hecho con desorden o ineptitud, con guerras intestinas entre empleados, sin perspectiva para comprender los beneficios de un trabajo bien coordinado en la cantera. Para mal, ese mundo mezquino está perfectamente retratado en la inapropiada conducta de Miguel Ángel.

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