Parlamentarios de EH inician una huelga de hambre por los presos de ETA

El portavoz de EH, Arnaldo Otegi, inició ayer en el Parlamento vasco, junto a otros cuatro parlamentarios, una huelga de hambre hasta el próximo sábado para solidarizarse con el ayuno que mantienen desde la semana pasada una veintena de presos de ETA. Los huelguistas pretenden llamar a partidos, sindicatos y empresarios al Parlamento para "reflexionar" sobre la situación de los presos y del proceso de paz. PNV y EA se han desmarcado de la iniciativa, que, para los partidos no nacionalistas, busca aumentar la crispación.

Los parlamentarios Kepa Gordejuela, Arnaldo Otegi, Jone Goirizelaia, Jon Salaberria y Rakel Peña mantendrán la huelga de hambre hasta el próximo sábado y permanecerán encerrados durante estos días en el despacho que esta última, secretaria primera de la Cámara, tiene en la segunda planta de la sede del Parlamento.Según explicó Otegi, se trata tan sólo de una primera medida dentro de una serie de iniciativas institucionales que EH llevará a cabo las próximas semanas para exigir las excarcelación de los presos de ETA y su derecho a participar "activamente" en el "proceso democrático y nacional abierto". Ésta es la segunda huelga de hambre que emprende la plataforma electoral de Herri Batasuna en lo que va de año. Una quincena de dirigentes y parlamentarios vascos y navarros ya realizaron un ayuno a medidados de marzo en el seminario de Arantzazu (Guipúzcoa) para concienciar a la sociedad sobre el momento político. La anterior huelga de hambre de los parlamentarios abertzales se remonta al 13 de junio de 1992, cuando se encerraron en la Cámara de Vitoria durante trece días en apoyo de los presos de ETA.

El ayuno que comenzaron ayer concentra los dos objetivos. Como ocurriera en Arantzazu, Otegi invitó a los partidos, sindicatos y empresarios a acudir al lugar de su encierro para "reflexionar" conjuntamente sobre la situación de los presos, a los que caracterizan de "prisioneros políticos", y sobre el proceso político abierto tras la tregua de ETA. EH se suma así a la huelga de hambre indefinida que el 31 de octubre comenzaron en varias cárceles una veintena de destacados presos de la banda para pedir su excarcelación. Esta acción vino precedida del comunicado en el que ETA anunció al Gobierno unos nuevos interlocutores y una nueva agenda para su próxima reunión, basada en el "respeto a la voluntad" de los vascos y la "excarcelación de los presos".

Si hasta ahora el acercamiento de los presos ha sido una reivindicación común de los tres partidos nacionalistas, hasta el punto de que el Gobierno vasco se unió a esa reclamación en primavera y secundó un paro de cinco minutos, EH se ha quedado sola en el salto a la demanda de excarcelación. PNV y EA ya le han comunicado a EH que ir más allá del fin de la dispersión "puede dificultar las acciones conjuntas y complicar el proceso de paz".

Otegi negó ayer tajantemente la existencia de riesgos para la unidad nacionalista. A su juicio, se trata tan sólo de una divergencia de opiniones sobre la oportunidad de esa reclamación. El dirigente independentista hizo un llamamiento a la sociedad vasca, a la que responsabilizó de que "el proceso abierto sea irreversible", y pidió a sus agentes que sean más activos.

Respecto a la petición hecha días atrás por el secretario general del PSE, Nicolás Redondo, para que los presos de ETA abandonen la huelga de hambre, de cara a iniciar contactos para consensuar una nueva política penitenciaria, Otegi argumentó que ya existe un consenso básico en el País Vasco sobre los reclusos.

Tensionar

Para los partidos no nacionalistas, la iniciativa de EH se inscribe en una estrategia dirigida desde el entorno de ETA para aumentar "la tensión política en Euskadi desde una posición radical", según señaló el responsable de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui. "No participar en las elecciones [generales] es una malísima señal, y volver a las huelgas de hambre, regresar al pasado", añadió. Carlos Iturgaiz (PP) acusó a HB de utilizar el Parlamento "como un circo", y el diputado de IU José Navas calificó la huelga de "acto de consumo interno".