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FÚTBOL Undécima jornada de Liga

El Málaga devalúa al Barça

Lamentable actuación de los azulgrana, que encajaron dos goles en los doce primeros minutos

Àngels Piñol

Del posible liderato al quinto puesto. El Barça le dio ayer una buena noticia al Rayo. Siempre hay un día al año en que los azulgrana desdeñan el liderato. Y siempre hay un Valladolid o un Villarreal que revientan la libreta del técnico holandés. El Málaga tomó ayer el testigo de los modestos y puso patas arriba al Camp Nou. Doce minutos necesitó para meterle dos goles a los azulgrana y demostrar que el sistema defensivo del Barça es de cristal. Van Gaal sostiene que no le inquietan los errores de la zaga porque su sistema es arriesgado pero atractivo y una fábrica de goles. El problema estriba en que cuando no funciona el equipo delante, el Barça se convierte en un cuadro. En una noche patética, los azulgrana tuvieron todo un mundo para remontar y se quedaron solo con un gol de Bogarde y mareados por tantos cambios de sistemas y de líneas.El Fiorentina sacó los colores a la defensa del Barça en la Toscana y ayer era un día para reflexionar. El Numancia y el Deportivo ya habían puesto la primera piedra agujereando con una facilidad pasmosa a la zaga del Barça y el Málaga, les imitó. Tres minutos bastaron para que Agostinho viera una inmensa pradera junto a Arnau. Catanha tuvo el gol pero el canterano se lo desbarató.

BARCELONA 1

MÁLAGA 2Barcelona: Hesp; Reiziger, Abelardo (Simao, m.32), Bogarde, Sergi; Luis Enrique (Ronald de Boer,m.64) Guardiola (Zenden, m.59), Cocu; Figo, Dani y Rivaldo. Málaga: Contreras; Rojas, Bravo, Larraínzar, Valcarce; Rufete (Sandro, m.66), De los Santos, Movilla (Sanz, m..63), Agostinho; Edgar y Catanha. Goles: 0-1. M.8. De los Santos dirige un contraataque, combina con Agostinho que chuta y marca. 0-2. M.12. Valcarce recupera un balón, se deshace de Luis Enrique, encara a Arnau y le bate cruzado. 1-2. M.28. Figo saca un córner, Contreras no puede atrapar el balón, rebota en Valcarce y Bogarde empalma a la red. Árbitro: José Javier de Losantos. Amonestó a Abelardo, Bravo, Figo y Catanha. Unos 70.000 espectadores en el Camp Nou.

Fue algo más que una premonición. La grada asistió estremecida a la visión de la misma jugada ante la impotencia sobretodo de Abelardo. Ahora Agostinho, ahora Edgar, ahora Valcárcel. Y Catanha, siempre en el área. El Barça perdía con una facilidad pasmosa la posición, el balón y la cordura. Su defensa, repetida ayer por primera vez en veinte partidos, está tan desquiciada que cualquier delantero rival parece un virtuoso del balón. No podía ser de otra forma y el primero llegó: Agostinho robó un balón y pasó a la derecha a De los Santos, que marcó. Y al cabo de cuatro minutos, el segundo: Valcárcel se desenredó de Luis Enrique, corrió en perpendicular a la portería y firmó el segundo.

Abelardo quedó ayer retratado, igual que le sucedió a Déhu en Riazor, a Frank de Boer en Vitoria o a Bogarde en Soria. El Barça siguió perdido y escuchó los primeros silbidos, convertidos en un atronador abucheo del Camp Nou cuando Catanha pudo meter el tercero. Bogarde aprovechó un fallo de Contreras para marcar pero Van Gaal claudicó. El holandés recurrió al sistema que empleó in extremis en Riazor: una defensa de tres, darle la banda derecha a Simao y libertad de movimientos a Rivaldo. Abelardo acabó en la ducha.

El Málaga acusó el cansancio pero aguantó el tipo. Y el Barça, asustado por el reloj, no encontró nunca ni su sitio en el campo y acabó enloquecido ante su falta de acierto. Todo su peligro lo intentó canalizar con centros de Figo y Simao que nunca llevaron peligro. Sólo Figo y Rivaldo insinuaron el empate. Con todo el equipo volcado arriba y el Málaga apelotonado en el área, Arnau se quedó más sólo que nunca. Edgar se permitió una vaselina y Catanha demostró que, además de goles, sabe también hacer faltas. El brasileño tumbó a Sergi en la medular y casi estuvo a punto de marcar. Ese gesto enfureció al Camp Nou y Van Gaal colocó su libreta del revés. Sustituyó a Luis Enrique por Ronald de Boer y a Zenden, en un movimiento difícil de entender, por Guardiola. Un equipo desconocido. Tampoco eso mejoró. Cocu pasó a ser el director y Bogarde, en una escena inédita, llegó a jugar de delantero centro. El Barça quería rehuir sus cíclicas crisis de noviembre y el primer batacazo ya lo tiene.

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