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"El peor rival es el compañero de equipo"

Marc Gené y Pedro Martínez de la Rosa relatan para EL PAÍS sus experiencias en el primer año como pilotos de fórmula 1

Sentados frente a frente, nadie diría que han estado compitiendo y jugándose la vida para arañar un punto en el Mundial de F-1. Pedro Martínez de la Rosa y Marc Gené han sido los dos primeros pilotos españoles en la F-1 desde la marcha de Luis Pérez Sala en 1989. Son rivales en la pista, pero dentro y fuera siguen siendo amigos, y eso es lo que se trasluce a lo largo de su conversación.Marc Gené. No, no ha habido rivalidad especial. Eres un rival más. Lo hemos llevado muy bien.

Pedro Martínez de la Rosa. Nuestro principal rival es nuestro compañero de equipo. A nosotros nos comparan con nuestro compañero, puesto que llevamos el mismo coche.

G. La F-1 funciona así. A ti no te comparan con Schumacher porque no tienes el mismo coche. Te comparan con Takagi, tu compañero. Y a mí, con Badoer.

M.R. Además, tampoco puede haber rivalidad en la cola. Si lucháramos por el Campeonato del Mundo, como llegará algún día, entonces sí que habría rivalidad. Ahora sólo intentamos hacernos un nombre en la F-1.

- El recibimiento

G. Me sentí mucho mejor acogido por los pilotos que por el equipo. Ahí noté que tenían más confianza en Badoer, pero es lógico. Ellos no estaban acostumbrados a coger novatos. El trato de los pilotos me sorprendió más. Los tenía mitificados. Estoy seguro de que de los 22 pilotos a mí me conocían sólo cinco o seis y no visualmente. Recuerdo que le preguntaron a Hakkinen sobre mí, y no sabía ni quién era. Me encontré a Damon Hill en la báscula. Me miró, miró mi nombre en la credencial, y luego me saludó. Me hacía gracia.

M.R. Yo congenié muy bien con el equipo Arrows. Con los otros pilotos no hay nada especial. Algunos me conocían. Había dormido muchas veces en la casa de Cambridge de Barrichello cuando él corría en la F-2 y yo en la Renault. Con Villeneuve había estado en F-3. Es más, en Fuji choqué con él. Hice un trompo y él venía detrás y me dio. Pero sólo me dijo: "Bueno, he tenido suerte porque así podré irme antes a casa". Entonces no lo entendí, pero ahora que lo conozco, sí. Es su forma de ser.

G. Yo conocía a Barrichello, Coulthard y Diniz. Luego hay otros dos con los que he congeniado muy bien: Frentzen y Zonta. Schumacher y Hakkinen son educados. Irvine y Villeneuve son más especiales.

M.R. Schumacher a mí me ha sorprendido. Tenía una imagen equivocada de él. Ha sido de los que siempre ha querido hablar conmigo. Y me he llevado una sorpresa desagradable con Hakkinen. ¿Habla contigo?

G. No mucho. Otros, como Irvine o Villeneuve, son menos previsibles.

M.R. A mí, Villeneuve e Irvine me caen bien. Son tíos auténticos. Dicen lo que piensan. Hay otros más políticos.

G. Algunas veces he preguntado a Frentzen o a Coulthard cómo coger alguna curva. Me responden porque me ven a años luz de ellos. Pero si me acercara un poco dejarían de decírmelo. Con mi compañero de equipo, Badoer, me llevo muy bien. Pero si quiero ver algo de su forma de pilotaje, lo miro en la telemetría del equipo. A él ni se me ocurre preguntarle nada porque no me lo va a decir. Él es mi primer rival.

M.R. En mi equipo no tuve ningún problema porque Takagi no habla inglés. Takagi ponía de su parte, pero... (carcajadas). Tuve suerte porque gané un punto en la primera carrera y eso me permitió entrar con buen pie. Era el principio de temporada, hubo muchos abandonos. Pero estaba convencido de que saldría alguna otra oportunidad. Se produjo en Nurburgring y Marc la aprovechó. Cuando te llega una ocasión debes rematarla porque puede ser la única. Y nosotros hemos fallado muchas veces porque el coche ha sido poco fiable.

G. Mi punto llegó más tarde. Había soñado con ello, pero con los ojos cerrados y en mi cama. Lo dejaba para el año que viene. Me llegó en Nurburgring. Cuando de golpe me encontré quinto (porque otros paraban a cambiar neumáticos o abandonaban) vi el punto más cerca. Pero cuando me comunicaron que detrás estaban Hakkinen e Irvine volví a ver que era un sueño. Aquello rompió los esquemas de Minardi. Hice algo que no tocaba.

M.R. Para mí la valoración de la temporada es muy positiva porque he puntuado, he aprendido los circuitos y afronto la próxima temporada mucho más fuerte que la primera.

G. Debo admitir que hasta mitad de temporada el coche me dominaba. No había rodado. Empecé mal en Australia y en Brasil. Vi que no estaba preparado, que lo que estaba haciendo era de locos. Y no sabía si podría recuperar la situación. No recomiendo ni a mi peor enemigo comenzar en la F-1 sin pretemporada y sin haber sido piloto de pruebas. Salió muy bien. El Minardi ha sido muy competitivo. Y en las últimas carreras, Nurburgring, Malaisia y Japón, todo fue muy bien.

M.R. Desde una perspectiva más global, me alegro también del triunfo de Hakkinen. Si Schumacher no hubiera tenido el accidente, habría ganado. Era su campeonato. Hakkinen y McLaren cometieron muchos errores. Pero Hakkinen se mereció el título. O Schumacher o él porque Irvine no creo que sea un piloto con nivel para ser campeón mundial. Y él lo sabe.

- En las carreras

G. Algunas veces no sabes con quién te la estás jugando. Yo conozco los colores de los Arrows, pero en varias ocasiones no sabía si era Pedro o Takagi a quien tenía detrás. Y debería saberlo porque Takagi es muy problemático.

M.R. Hombre, en las salidas lo es mucho más Badoer. Que piense en ello. Hay dos tipos de pilotos, el agresivo que sabe lo que hace y el agresivo que no tiene control. Ese no es valiente, ese es inconsciente. Badoer quiere resolver la carrera en la primera curva, y lo que me extraña es no haber tenido más problemas con él. Por milagro no se me ha llevado por delante un par de veces.

G. Él entra en la curva asumiendo que tú vas a frenar. Y si alguien no frena, los dos se van fuera. A él le da igual. Lo hizo con Takagi dos veces. En la segunda el japonés no frenó y se la pegaron. Lo más importante es hacerte respetar desde el primer día. Tuve un problema con Hakkinen en Malaisia. Estábamos en los entrenamientos y él no iba muy rápido. Y cuando le iba a adelantar cruzó delante de mí y entró en boxes. Hice un trompo para no arrollarle. Luego le pregunté por ello. "Creí que no me adelantarías", me respondió. Así que creyó que como yo iba con un Minardi nunca le adelantaría.

M.R. Te lo tenías que haber llevado puesto.

G. Lo curioso es que pocas veces se habla de eso. Ni te acuerdas. A mí una vez en Hockenheim, Zonta me dio un golpe por detrás a 300 kilómetros por hora. Se lo comenté en la siguiente carrera. Ya casi ni nos acordábamos.

- Accidentes

M.R. Cuando vi el accidente de Schumacher pensé que sería más grave. Pensé que la desaceleración le habría causado más problemas. Para mí todo lo que sean extremidades (piernas y brazos) no es problema. Hay dos cosas básicas: cabeza y espalda (médula). El resto todo es reparable.

G. Este accidente no fue sólo un problema de frenos tal como se habló, porque Schumacher ni siquiera intentó girar. Cuando tienes un accidente intentas salvar la situación, pero luego la das por perdida y entonces intentas frenar para chocar lo más lentamente posible, y dejas el volante para evitar romperte las muñecas, porque hace un giro muy fuerte, incontrolable. Schumacher pareció darla por perdida desde el primer momento.

M. R. Mi torta, cuando me la pegué en Hockenheim al final de recta, en la subcurva, iba a mucha menos velocidad que Schumacher, pero fue algo parecido. Fue frenar, no lo meto, no lo meto, y recto. Visto desde fuera parece un tortazo tonto. Pero el tiempo entre el frenado y pegar contra los neumáticos de protección es mínimo.G. Sí. A mí me preguntan mucho si no pienso en los accidentes. En Silverstone había una pantalla gigante y vimos repetido el accidente de Schumacher unos 40 veces antes de salir de nuevo. Lo ves y te das cuenta de que lo que haces es peligroso. Pero luego te metes en el coche, te atas, te pones el casco y es como si fueras un niño pequeño que no ve el peligro. No somos unos alocados inconscientes, pero nunca he pensado que a mí me pueda pasar algo.

M. R. Yo sí pienso en ello. Con los años ves las cosas, analizas. Sí que lo pienso. Los accidentes son parte de nuestro trabajo, los asumo. Tengo la experiencia de haber perdido a varios amigos en carreras y lo respeto, aunque intentas evitarlo. Cada vez más, cuando voy a un circuito miro las curvas, donde están las escapatorias. Lo analizo todo más. Pero luego hay que sobreponerse. En Suzuka, en el warm-up [las pruebas anteriores a la carrera], sólo salir, me pegué un tortazo a 237 km/h. Me di contra el guardarraíl y rompí el monocasco. Entonces salí corriendo, cogí el muleto y en la siguiente vuelta hice mejor tiempo que Takagi, y eso me gustó. Era mi primer accidente fuerte en la F-1 y en la primera vuelta ya lo había olvidado.

- El futuro

G. A mí se me ha avanzado todo. Yo esperaba aprender este año y puntuar el año que viene. He puntuado cuando no tocaba. El Minardi ha sido muy competitivo y fiable, uno de los mejores de la historia de esta escudería. Sólo me he retirado en dos carreras por problemas mecánicos, dos por error mío y dos porque me han echado otros pilotos.

M. R. ¿Lo dices por mí? [en Monza, de la Rosa y Gené se tocaron] (sonriendo).

G. No, no. Pensaba en Australia, lo digo por Trulli. El año que viene en Minardi tendremos un motor más potente. No es seguro que sea Ford. El coche será el de este año evolucionado. Este año hemos tenido dos problemas: uno, que no nos entrenamos lo suficiente por problemas de presupuesto; y dos, que tenemos poca electrónica en relación con los demás equipos. Si logramos un presupuesto suficiente, creo que podremos luchar por la mitad de la parrilla.

M. R. Yo prefiero no hablar demasiado en este sentido para evitar decepciones luego. Tengo mucha confianza en el equipo Arrows. Tenemos mejores ingenieros en los puntos más débiles del equipo, la aerodinámica, y tenemos un nuevo motor (Supertec) que será bueno, aunque no para estar delante. Tengo confianza. He estado en Jordan y sé lo que es un equipo de F-1, y sé lo que es Arrows. A mí me ha impresionado mucho más Arrows en cuanto a estructura. Lo único que espero es que me permita salir del fondo del pelotón. No creo que estemos entre los 10 primeros, pero sí entre el 10º y el 17º. En una situación que, dependiendo de mí, del circuito, de la adaptación del coche, puedas oscilar en esta franja. Ahora el problema que tenemos es que tengas o no un buen día siempre estás entre el 19º y el 22º. Considero que este año cuando hemos ido más adelante o hemos podido puntuar, tanto tú como yo, ha sido siempre por fallos de los otros coches. Hemos dependido de los demás, y así no se puede ir a las carreras. La cuestión es poder depender de nosotros mismos para puntuar. Pero todos los demás equipos también se están reforzando: Minardi, Bar, que será un equipo duro con el motor Honda.

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