Jiménez, el mejor español, a tres golpes de los líderes
Dieciséis estadounidenses entre los 20 primeros clasificados
A Tim Herron, uno de los líderes, viéndole los mofletes sonrosados, la barriguita y la pinta de disfrutar moviendo los dos carrillos, la prensa le preguntó directamente: "A nivel de bocadillo, ¿es usted de los que se aventuran a probar los productos locales o prefiere no arriesgarse y quedarse en la hamburguesa y las patatas fritas?" A Chris Perry, el otro líder, también norteamericano, también un jornalero del circuito de la PGA, también un día aquí, otro día allá, bien con el putt pero mal con el hierro, o viceversa, qué bien, otro top ten y así, le preguntaron si en el próximo Open de Estados Unidos iba a salir con bombachos en homenaje al fallecido Payne Stewart tal y como han contado que harán unos cuantos europeos, entre ellos los españoles Olazábal y García. Y todos se preguntaron, unos a otros, si alguien había visto a Michael Jordan por alguna parte. Eso pasó ayer en Valderrama.Y también 62 de los mejores jugadores de golf del mundo jugaron la segunda jornada del American Express, el último torneo mundial del año. 16 jugadores del circuito norteamericano entre los 20 primeros. Los tres españoles, Miguel Ángel Jiménez, José María Olazábal y Sergio García, ahí están. Los tres, por debajo de los 70 golpes en un día sin viento de Levante. Igual que Tiger Woods, en 69 ayer, como El Niño y el de Hondarribia. El de Churriana, mejor: 68 golpes.
Respuestas. Tim Herron, 1,78 metros de estatura, 100 kilos de peso, 29 años hasta febrero del año 2000, reconoció que sí, que le gustaba experimentar a nivel de comida, pero que como tenía que sobrevivir un par de semanas en este apartado rincón del mundo, muy bonito porque le recordaba al sur de California, y que después se iba a Marruecos, pues que le iba a seguir dando a la vieja y querida hamburguesa, aunque había disfrutado mucho el jueves comiendo chuletones en un restaurante argentino. Durmió bien, y al día siguiente, ayer, jugó mejor al golf. 66 golpes (-5), seis birdies y un bogey.
El coleccionista
Chris Perry, veterano inadvertido, de 38 años, y casi nunca ganador (un torneo en 15 años, conseguido en el 98, en su 377º intento), admitió que no sabía lo que iba a hacer con los pantalones bombachos, pero que sí, que coleccionaba camisetas de béisbol, hockey y otros deportes, y que se había traído un banderín de Augusta para que se lo firmara José María Olazábal y que Payne Stewart le había firmado entradas del Open de Estados Unidos que ganó en Pinehurst y que todo lo ponía a disposición de su viuda, Tracey.Sí, Jiménez (noveno con -2, a tres golpes de los líderes), Olazábal (21º, al par) y Sergio García (25º, +1), jugaron mejor que el día anterior, pero eso hicieron casi todos los jugadores, que, en un día con apenas brisa, no encontraron obstáculos para demostrar sus habilidades. Pisha, como siempre estas dos últimas semanas, estaba contento, muy contento con su juego. Olazábal anduvo mohíno y autoinculpado 10 de los 18 hoyos. En el 11º dijo adelante, hasta donde sea y empezó a conocer los birdies de cerca. García estuvo ansioso con el putt, su mejor palo de siempre, su peor herramienta estas últimas semanas: se pasó de largo en un par de greens y entregó peor tarjeta de lo que sus méritos justificaban. Y Tiger Woods se fue a un camino en el 15º, hizo doble bogey y, aún así, acabó -2 el día. A él y al Niño, pegadores, les benefician especialmente los hoyos 4º y 17º, dos pares cinco en los que el green los alcanzan en dos golpes. Pero dicen que hoy soplará el Poniente y que, con el viento de cara, llegarán de tres, como todos.
Ah, y a Jordan nadie le vio en el campo, aunque todos dicen que está por la zona. Ah, y los tres españoles están convencidos de que pueden ganar el torneo.
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