Alberto Angulo salva al Madrid en el último segundo
Faltaban 30 segundos para que se acabara todo y al Madrid se le iba la vida. El marcador enseñaba un empate a 74 y la pelota era del Olimpia. Sin embargo, los eslovenos hicieron un ataque indigno y el balón cayó en manos de Alberto Angulo. Cinco minutos quedaban y el alero recorrió la cancha a toda velocidad, a trompicanes, sin saber bien qué fin tendría aquello. Hasta la canasta del Olimpia llegó Angulo y allí elevó la pelota entre un bosque de brazos. Bajó aquella y se coló en el aro en el mismo instante en que sonaba la bocina. Aquella canasta salvó un partido esquizofrénico por parte del Madrid, que necesitaba la victoria como el comer, ante uno de sus grandes rivales en la lucha por alcanzar una de las tres primera plazas del grupo.El Madrid pareció dispuesto a no admitir bromas y desde que el balón echó a volar por primera vez le echó toda la seriedad del mundo al asunto. Su inicio fue, sin duda, de lo más prometedor. A Alberto Angulo le tocó abanderar a los suyos en lese arranque. El alero consiguíó nueve puntos y atrapó cuatro rebotes cuando aún no se había llegado al minuto diez. Además, le dio tiempo a dejar virgen al veterano Zdvoc, habitualmente el más inspirado de los eslovenos, que no se estrenó hasta que Angulo descansaba en el banquillo.
REAL MADRID 76
O.LIUBLIANA 74Real Madrid: Djordjevic (13), Alberto Angulo (13), Herreros (9), Brent Scott (16), Struelens (17); Galilea (2), Lucio Angulo (4), Iker Iturbe (2) y Gnad (0). Olimpia Liubliana: Zdvoc (15), Jasikevicius (8), Milic (18), Kovacic (6), Brezec (9); Becirovic (9), Golemac (2), Kotnik (7) y Zadravec (0). Árbitros: Brazauskas (Lituania) y Resser (Alemania). Unos 3.500 espectadores en el Pabellón Raimundo Saporta. Sexta jornada de la Euroliga. En otro partido disputado ayer por un equipo español, el Caja San Fernando cayó derrotado en Turquía ante el Efes Pilsen (73-57).
No resultó extraño que el Madrid se escapara enseguida en el marcador. Fue aumentando su renta (17-10, 25-15) y llegó a superar los 10 puntos soñados (34-22), con los que igualaba el coeficiente con el Olimpia, que le superó por esa diferencia en Eslovenia (73-63). Djordjevic no estaba haciendo el partido de su vida, pero los demás, con Angulo, Scott y Struelens, a la cabeza, iban de la mano de la inspiración. Sin embargo, el Madrid comenzó a dar síntomas alarmantes. Vamos, que se durmió, bien sea porque el viento soplaba a favor con suma facilidad, bien porque no era normal que el Olimpia siguiera mucho rato en la inopia. El caso es que el cuadro esloveno, que apenas pudo contar con Kovacic, pues enseguida acumuló tres personales y luego se lesionó, se puso a correr. Y ahí hirió al Madrid, que se fue al descanso con el trabajo a medias (43-37).
La historia se repitió en la segunda mitad. El Madrid amenazó con escaparse (61-49), pero no acabó de rematar la faena. A cada acelerón de los blancos respondía el Olimpia, que con un parcial de 9-0 llegó incluso a soñar con un triunfo que hasta entonces parecía tener prohibido (63-60 a seis minutos del final). El partido andaba loco. El Madrid no lo había conseguido romper y se encontró enfangado hasta las cejas (74-74). Pero apareció Angulo, magnífico, inmenso, que se apropió del balón a falta de cinco segundos para galopar y conseguir una canasta sencillamente imposible.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.