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La enorme deuda de Daewoo hunde al ejecutivo que la fundó hace 32 años

Tres décadas de esfuerzos se esfumaron ayer de un golpe para Kim Woo-Chong. Después de 32 años al frente de la empresa que fundó en 1967 con 10.000 dólares y cinco empleados, Kim Woo-Chong presentó la dimisión como presidente del gigante coreano Daewo, y se reconoció impotente para sacar al grupo de la crisis por la que atraviesa, ahogado por una gigantesca deuda de aproximadamente 850.000 millones de pesetas.Kim Woo-Choong no se ha ido sólo. Una docena de directores de filiales del conglomerado presentaron también su dimisión al Comité de Coordinación de Restructuración Corporativa, la agencia que el Ejecutivo de Corea del Sur creó en 1998 para llevar a cabo su plan de saneamiento industrial tras la crisis financiera de ese año.

En un comunicado, Kim Woo-Choong asegura que tanto él como el resto de los directivos han ofrecido su renuncia a las autoridades para asumir parte de sus responsabilidades de la crisis en la que está sumida la empresa y para facilitar la puesta en marcha del plan de saneamiento que sus acreedores le demandan.

Estos acreedores, a los que Daewoo debe 5.115 millones de euros (851.000 millones de pesetas) son en su mayoría bancos y entidades financieras locales y la representación de sus intereses está en manos del comité estatal. La deuda de Daewoo salió a la luz debido a que uno de los caballos de batalla del Gobierno para cambiar toda su estructura bancaria e industrial fue el de la transparencia financiera.

El paso que dan el fundador y los directivos de Daewoo fue interpretado por el mercado surcoreano como el definitvo para una solución a la crisis financiera de la empresa. Ayer, la Bolsa de Seúl cerró con un avance del 5,16%. Los títulos de Daewoo han perdido un 90% desde julio, tras anunciar un plan de reducción de filiales, que iban a pasar de 41 a nueve en un año.

Daewoo y sus acreedores comenzaron poco después a embarullarse en un proceso de tiras y aflojas que inundaron de dudas el mercado acerca del futuro del grupo. La desesperanza condujo a las acciones de Daewoo a una caída en picado. El Gobierno intervino y el grupo cedió a la reclamación de los acreedores. A finales de agosto pasado, Daewoo cedió el control de 19 filiales a los acreedores. Éstos se encargarían de vender dichas empresas y de hecho ya se han desprendido de varios hoteles del grupo y de su división de electrónicos.

Daewoo se quedó sólo con seis filiales, todas ellas dedicadas a la fabricación y comercialización de vehículos. Durante ese periodo, la compañía General Motors adquirió una participación (cuya cantidad nunca fue revelada) en el grupo surcoreano y se comprometió a inyectar más de 3.800 millones de euros.

Problemas en España

Poco después del ajuste anunciado por el grupo a mediados de año, la alarma sonó en España, más exactamente en Vitoria, donde Daewoo tiene instalada una fábrica de refrigeradores. Pero como los portavoces del grupo en Corea aseguraron que el plan de restructuración diseñado en Seúl no tendría repercusiones sobre las filiales europeas del grupo, los ánimos se calmaron. Los portavoces se justificaron diciendo que las filiales europeas eran muy rentables, y ayudaban a la recuperación del grupo.A finales de febrero, la Comisión Europea había declarado ilegales las ayudas otorgadas por la Diputación de Álava y el Gobierno vasco a la empresa surcoreana. Daewoo debió devolver 658 millones de pesetas de los 3.025 recibidos y dejaría de percibir otros 5.000 millones. El último incidente para Daewoo en España fue una huelga de tres meses que paralizó su planta. La medida finalizó el 22 de octubre.

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