Oriol Servià se proclama campeón de la fórmula Indy Ligths en EEUU

El español Oriol Serviá, del equipo Dorricott Racing, se proclamó ayer campeón de la fórmula Indy Lights de automovilismo estadounidense, al acabar 14º en la última prueba puntuable, disputada en el circuito oval californiano de Fontana. Serviá entró en la meta inmediatamente detrás de su único rival por el título y compañero de equipo, el estadounidense Casey Mears, lo que le bastaba. Ambos pilotos tuvieron numerosos problemas mecánicos a lo largo de la carrera, ganada por el irlandés Johnny Kane.Este título de Serviá supone uno de los éxitos más importantes para el automovilismo español, equiparable al subcampeonato de Luis Pérez Sala en el Campeonato Internacional de Fórmula 3.000 en 1987 o, más recientemente, el triunfo de Pedro Martínez de la Rosa en la Formula Nippon, diez años después. Servià, en su segunda temporada en la Indy Lights, ha evidenciado ser un piloto tan rápido como regular. Fue segundo en cinco carreras y estuvo en tres ocasiones más entre los cinco primeros, además de ocupar en tres carreras los primeros puestos en las parrillas de salida.

La última carrera fue muy difícil para Serviá al rodar en posiciones muy retrasadas, mientras que Mears se movió entre la tercera y la cuarta posición. Serviá, segundo en los entrenamientos, protagonizó un buena salida y se situó en cabeza en las primeras vueltas, ya que los monoplazas de este campeonato, en los óvalos de dos millas como el de Fontana, presentan carreras muy igualadas en las que los rebufos propician constantes alternativas de cambios de posición.

Durante las primeras seis vueltas Serviá luchó por las primera plazas por delante de Mears, pero ya en la segunda su motor empezó a tener problemas que fueron evidentes a partir del sexto giro. Serviá descendió entonces al 15º lugar mientras que Mears luchaba por la cuarta y, en algún instante, incluso por la tercera. Así se llegó hasta la vuelta 34, cuando la carrera tuvo que ser neutralizada. Dos giros más tarde (todavía con banderas amarillas), Mears entró en boxes para cambiar neumáticos y en la 37 para revisar alerones y dirección, ya que un toque en carrera le había dañado el coche. Cuando regresó a la pista sólo podía optar a la 13ª plaza final, y Serviá, con el motor renqueante, detrás de él, lo que le bastaba para adjudicarse el título.