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La entrada de Microsoft en el Dow Jones revoluciona el influyente índice bursátil

El neoyorquino índice Dow Jones, el más influyente barómetro bursátil del planeta, ha entrado esta semana en la era digital. En lo que sus propios responsables califican de una de las mayores revoluciones en sus 103 años de historia, el Dow Jones incorporó el lunes las cotizaciones de dos de los gigantes de la revolución de la informática e Internet: Microsoft e Intel. Salieron, en cambio, empresas emblemáticas de la era industrial como el fabricante de neumáticos Goodyear, la cadena de grandes almacenes Sears, la petrolera Chevron y la química Union Carbide.

El Dow Jones, fundado y gestionado por los editores del periódico The Wall Street Journal, acepta así lo que es un clamor en el Wall Street de final del milenio: el peso creciente y vigorizador de la informática e Internet en la primera economía del planeta. No sólo los nuevos multimillonarios estadounidenses proceden en su totalidad del mundo digital, sino que las noticias relacionadas con ese sector ya provocaban grandes alzas o bajas en el Dow Jones antes incluso de la incorporación de Microsoft e Intel.Un informe de la empresa de Bill Gates sobre la buena marcha de sus negocios provocó el miércoles de la semana pasada una subida de 187 puntos en el Dow Jones. Al día siguiente, otro de IBM sobre una caída en sus ventas de grandes equipos informáticos por el temor de los consumidores al efecto 2000 hundió a ese índice 94 puntos.

Cambiar para subsistir

Paul Steiger, director de The Wall Street PJournal, señaló que el cambio en la composición del Dow Jones pretende hacer lo "más representativo de la evolución de la economía de EEUU". Hasta el siempre cauto Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, reconoció el pasado mayo que la revolución digital, con su constante abaratamiento de precios e incremento de la productividad, es un factor clave en el mantenimiento de un crecimiento vigoroso en EE UU con baja inflación.

Como su condición de interactividad implica, Internet influye en Wall Street de muchos modos. Uno de ellos es que ya hay 8,7 millones de internautas estadounidenses, el 11% del total de los inversores, que operan directamente en bolsa desde los ordenadores de sus hogares u oficinas. Es uno de los elementos que influyen en el comportamiento de "toro" que sigue caracterizando al mercado neoyorquino. Otra influencia, aún más importante, es el entusiasmo que provocan las acciones de empresas como la librería virtual Amazon, el proveedor de acceso a la red America Online, por no hablar de ya clásicos como Microsoft o Intel.

El alcance de la revolución encabezada por Internet sigue siendo confuso, pero sus efectos inmediatos ya son abrumadores. Un informe difundido ayer por la cadena de televisión CNN señala que las empresas relacionadas con la navegación por la red suponen ya el 6% del PIB estadounidense y dan empleo a 2,3 millones de trabajadores.

Hasta ahora, las cotizaciones en Wall Street de Microsoft e Intel figuraban en el índice de valores tecnológicos Nasdaq, cuya importancia no ha dejado de crecer en los últimos años. Ahora, el pase de esas dos empresas al Dow Jones supone la primera incorporación al venerable índice de valores industriales de valores tecnológicos albergados por el Nasdaq.

También se incorporaron el lunes al Dow Jones SBC Comunications, una compañía regional telefónica que está haciéndose un importante hueco por su apuesta a favor del acceso a Internet, y la cadena de productos para las viviendas unifamiliares de los suburbios Home Depot. Son otros dos elementos característicos del nuevo estilo de vida estadounidense.

La lista de los que se caen del principal índice bursátil del mundo no puede ser más significativa: los neumáticos Goodyear, los almacenes y proveedores de artículos por correo para el mundo rural Sears, la petrolera Chevron y la química Union Carbide. Es un signo de los nuevos tiempos el hecho de que con la salida de Chevron sólo queda una gran empresa petrolera en el índice Dow Jones, la Exxon-Mobil, y, si aún permanece es gracias a que tras su fusión, la empresa resultante ha adquirido un volumen suficiente para permanecer.

El anterior cambio en la composición del Dow Jones ya anticipaba lo ocurrido esta semana. Entonces el fabricante de ordenadores Hewlett-Packard reemplazó a la petrolera Texaco.

La incorporación fue aplaudida por los analistas e inversores de Wall Street, que llevaban tiempo inquietándose por la tardanza de los editores del diario neoyorquino. Y fue interpretada como la entrada de Internet en el índice fundado en 1896.

Tras conquistar un lugar privilegiado con su sistema operativo Windows, Microsoft ha seguido creciendo estos últimos años gracias a la incorporación de la navegación por la red en todos sus programas. La pasada primavera, Intel, el gran fabricante de microprocesadores, sacó al mercado su último producto, el Pentium III, especialmente creado para acelerar el acceso al ciberespacio.

Los valores tecnológicos, todavía identificados con la volatilidad por muchos inversores clásicos, ganan en credibilidad con su incorporación al Dow Jones. Este índice incluye ahora cuatro valores emblemáticos de la era digital: IBM, el primero en incorporarse, Hewlett Packard, Microsoft e Intel. Dada su alta cotización, esos cuatro valores suponen el 16% del Dow Jones.

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