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Tribuna:AMIGOS Y VECINOSALBERT BOADELLA
Tribuna
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"En toda obra creativa hay algo de venganza"

Pregunta. Pujol sigue siendo presidente de la Generalitat, Mari Pau Huguet y el doctor Corbella han vuelto a TV-3... ¡Bienvenidos a Cataluña, el país en el que nunca pasa nada!Respuesta. Eso es lo que hay. A mí ya me parece bien, no creas, pues lo de que ganen los tuyos no es garantía de nada. Ganan y te preguntas cuándo empezarán a meter la pata y a decepcionarte. Pujol tampoco lo va a tener tan fácil esta vez, con esta victoria tan ajustada.

P. Lo que no acabo de entender es por qué monta Maragall el numerito de que es el ganador moral y de que está dispuesto a gobernar. A este paso, acabará instalándose en la casa de Tarradellas en Saint Martin-le-Beau y montando un Gobierno catalán en el exilio.

R. Pues a mí me hace gracia esa actitud. Creo que va muy bien para sembrar el desconcierto en las filas enemigas. En el pueblo donde vivo, Jafre, que es de fe mayoritariamente convergente, ya hay gente que dice: "Hombre, pues igual tiene razón. Si tiene más votos, tal vez debería ser Maragall el presidente".

P. Con Pujol o sin Pujol, tu último espectáculo va viento en popa, ¿no?

R. No me puedo quejar. De lo único que me quejo es de haberme tenido que perder unas actuaciones en Suramérica por culpa de un juicio al que me llamaron como testigo. Ya sabes, Oriol Malló, el que escribió El cas Boadella, consiguió cabrear a algunos personajes que aparecían en el libro y que lo llevaron a juicio.

P. Es que tu amigo Malló tiene una manera de decir las cosas que, si no se corta un poco, se va a pasar la vida en los tribunales.

R. Bueno. Es un tipo joven y radical. Piensa que antes fue un independentista que pasó una temporada a la sombra y que tuvo que poner tierra de por medio largándose una temporada a México. De donde, por cierto, volvió vacunado contra el nacionalismo. Ahora está escribiendo un libro muy interesante sobre la historia del catalanismo, y lo está haciendo en castellano. Hay unas 100 páginas sobre el caso Verdaguer muy ilustrativas acerca de la manera de actuar de nuestros buenos burgueses, así como de la gente del clero.

P. ¿El caso Verdaguer?

R. Verdaguer tuvo problemas a causa de una peculiar amistad con las hermanas Durán, dos señoras que, además de pertenecer al sexo femenino, eran madrileñas. No hay constancia de que hubiera trato carnal con el autor de Canigó, pero sí parece que éste encontraba muy interesante su compañía, cosa que al obispo de Vic y a la sociedad bienpensante de la época les parecía fatal. Así empezó un proceso de acoso y derribo de mosén Cinto que incluyó un destierro. Para mí es un caso que ilustra muy bien la manera que tiene Cataluña de comportarse con sus disidentes, que es la misma que ahora. Hoy día, si haces algo que molesta, sucede lo siguiente: si te pueden machacar, te machacan. Y si has alcanzado una situación que imposibilita tu destrucción, entonces se opta por el silencio y el ninguneo.

P. ¿Has leído Las partículas elementales, de Houellebecq?

R. No. ¿Por qué?

P. Porque es un libro que carga contra los héroes de Mayo del 68 y en Francia ha suscitado todo un escándalo gracias a que los supervivientes más rancios del movimiento han puesto el grito en el cielo. Tengo la impresión de que un libro semejante ambientado en Cataluña se habría topado con un silencio absoluto: ninguna reseña, nada de entrevistas.

R. Probablemente.

P. Es un libro con un tono vengativo, lo que me lleva a pensar en lo que decía Fassbinder sobre el éxito como venganza contra la sociedad que no te quería cuando más la necesitabas.

R. ¿Eso dijo Fassbinder? Pues creo que tenía razón. Es verdad. Hay algo de venganza en toda obra creativa. Ahora que lo pienso, creo que en mis obras teatrales, a través de determinados personajes, hay una cierta venganza hacia esos buenos burgueses de mi barrio que, durante mi infancia, miraban mal a mi familia porque mi padre era de izquierdas.

P. ¿Qué recuerdos guardas de tu padre?

R. Era un ampurdanés prototípico. Es decir, alguien que cuando una opinión es respaldada por más de cinco personas se siente obligado a mantener una posición contraria. No lo podía evitar. En eso era igual que Dalí.

P. Hay quien se ha quejado de que tu visión de Dalí es tan positiva que puede ser hasta falsa.

R. Yo tenía ganas, para variar, de escribir un texto que no fuera en contra de alguien, sino a favor. Dalí me cae bien y no creo que fuera el fascista que algunos han querido ver. Él era, simplemente, un ampurdanés al que le gustaba llevar la contraria. Cuando se instaló en España, debió de toparse con unos resistentes antifranquistas que no le caían especialmente bien y, en parte para jorobar, tomó partido, más o menos, por Franco.

P. Llegó a pintar un cuadro de Carmencita.

R. Sí, y cuando a Franco le preguntaron su opinión dio una respuesta de esas de gallego que no se sabe si sube o baja la escalera: "Polémico".

P. Franco siempre se refería a él como "ese majadero de Dalí", pero tengo la impresión de que se hicieron un favor mutuo. El uno hacía lo que le daba la gana en Port Lligat y el otro se hacía el moderno.

R. Más o menos, pero se ha exagerado mucho la colaboración de Dalí con el franquismo.

P. ¿Llegaste a conocerle?

R. Estuve a punto. En el ochentaipico, el alcalde convergente de Figueres nos vetó unas actuaciones y nosotros le montamos un cirio descomunal por las calles. Cirio que fue presenciado por Antoni Pitxot, quien le fue con el cuento a Dalí. Según me contó el propio Pitxot, Dalí estaba muy cabreado ante lo que consideraba un ataque a la libertad de expresión. Y eso coincide con la versión que han dado de él otros artistas: la de un tipo amable y generoso con quienes consideraba parecidos a él. Si te fijas, cuesta mucho encontrar insultos a Dalí desde los medios artísticos.

P. Empezaste con el mimo y ahora se habla muchísimo en tus obras. ¿No te ha pasado por la cabeza la idea de escribir una obra de texto como las de O"Neil, algo, digamos, serio, con su exposición, su nudo y su desenlace?

R. No. Me siento muy cómodo con las estructuras con las que me muevo, con el trabajo en equipo. La novela sí que es algo que me ha tentado a veces, pero no sé si me saldría bien.

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