Arrestados tres delincuentes comunes acusados del triple crimen de Málaga
La policía ha detenido en Málaga a Isidro G. R., de 23 años, José R. A., de 20, y Carlos P. B., de 17, como presuntos responsables del asesinato de tres hombres en la barriada malagueña del Puerto de la Torre, ocurrido el 21 de septiembre. Los tres tienen antecedentes penales y la policía sospecha que el móvil del crimen fue un asunto de drogas. Uno de ellos se disparó accidentalmente en los genitales la misma madrugada del crimen y fue detenido en el hospital.
A los dos primeros se les acusa de haber herido con arma blanca y acribillado a las víctimas (a dos de ellos los quemaron después de muertos). Al tercero se le imputa como encubridor. Paradójicamente, las tres víctimas -Israel R. B., 28 años, Salvador R. M., El Borolli, de 27, y Antonio I. P. El Igli , de 39- compartieron página de sucesos en la prensa con su presunto asesino. Éste, Isidro G. R., ingresó unas horas después del tiroteo en el Hospital Clínico de Málaga. Su arma, una escopeta, se le habíadisparado al guardársela en la cintura, alcanzándole los genitales.En apariencia se trataba de hechos aislados, pero la policía no tardó en descubrir la conexión entre ambos e Isidro G. R. fue detenido en el mismo hospital. A los otros les capturaron hace unos días en la barriada de La Palmilla, donde residían.
El Juzgado de Instrucción número 4 de Málaga mantiene el secreto de sumario sobre el caso, pero los investigadores consideran que el móvil del crimen fue el robo de una partida de varios kilos de cocaína a las víctimas.
Según fuentes de la investigación, la noche del 21 de septiembre Isidro G. R. y José R. A. acudieron a la casa de El Igli para averiguar el paradero de la droga. Le golpearon y amenazaron hasta que consiguieron que éste les llevara a la vivienda de Israel R. B., situada en el número 1 de la calle de Zurita, en el Puerto de la Torre. Llegaron allí hacia las cuatro de la mañana. Con Israel estaba el tercer asesinado, Salvador R. M., El Borolli. Los cogieron por sorpresa. La policía supone que el violento interrogatorio se prolongó hasta que los asaltantes obtuvieron la información deseada.
Después, acribillaron a sus víctimas, colocaron los cadáveres de El Igli y El Borolli sobre un colchón y le prendieron fuego. Los cuerpos quedaron calcinados hasta el punto de que la policía tuvo que recurrir a pruebas de ADN para establecer su identidad. Al principio se había pensado incluso en que una de las víctimas fuera la novia de Israel R. B., que se había mudado con él a la vivienda un mes antes.
Los vecinos de la zona aseguran que oyeron ruidos hacia las cuatro de la madrugada, pero nadie intentó averiguar nada. Israel R. B. era un vecino conocido y apreciado en su barrio. Trabajaba como barrendero, aunque llevaba un tiempo de baja por depresión.
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