AITOR LARA FOTÓGRAFO "Una fotografía es un pedazo de realidad que tú has elegido"

Aitor Lara tiene 25 años, estudia cuarto de Filosofía y le gusta "escribir con luz", que es -explica- la traducción etimológica del verbo fotografiar. El trabajo de Aitor Lara, que nació en Barakaldo y vive en Sevilla desde que tenía nueve años, ha obtenido el I Premio de Fotografía Juana de Aizpuru, un concurso que la galerista ha convocado con el apoyo de la Diputación de Sevilla. Aunque cuenta con dotación económica, 500.000 pesetas, lo más importante del galardón es que el premiado tendrá una exposición individual en la galería Juana de Aizpuru de Sevilla, un espacio con el que sueñan muchos artitas y al que acceden pocos. Sus instantáneas en blanco y negro, tomadas en Senegal, Marruecos y Andalucía, han resultado seleccionadas entre el trabajo de 80 fotógrafos. Las fotografías, junto a las de los 19 seleccionados, pueden verse hasta el 17 de noviembre en una muestra en la citada galería sevillana.Pregunta. Sus fotografías huyen del artificio, son verdaderas instantáneas sin manipular, ¿es algo intencionado?

Respuesta. Soy muy purista. Huyo de los fotomontajes y de lo plástico. Para mí una fotografía es un pedazo de realidad que tú has elegido y tiene relación con tu manera de mirar. Trabajo para desvelar la realidad y dar sentido a las cosas que veo.

P. Éste es el primer concurso al que se ha presentado, ¿le ha sorprendido que le den el premio?

R. La verdad es que no. Tenía la certeza de que iba a ganar. Lo creía porque en Sevilla -el premio se convocó para los fotógrafos que trabajan en la ciudad y la provincia- hay muy pocos que tengan una verdadera mirada fotográfica.

P. ¿Cómo mira un fotógrafo?

R. Tiene una mirada de águila, que penetra. Tiene que conocer mucho el gesto para saber cuándo disparar. Algo que hace muy bien mi maestro, Luis Bailón.

P. Las seis obras que ha presentado a concurso son en blanco y negro, ¿lo prefiere al color?

R. Prefiero el blanco y negro porque lo revelo yo. El laboratorio es una parte fundamental de la fotografía. No existe conciencia de la foto sino controlas el proceso hasta el final.

P. ¿Cuál fue su primera fotografía?

R. La primera en blanco y negro fue un retrato a una pareja de viejos en Madrid, en la Glorieta de Embajadores. Es una escena muy curiosa, porque ella está cosiendo, con un canasto, como si estuvieran en una pueblo, aunque aparecen rodeados de coches y anuncios de neón.

P. ¿Ha pensado ya qué presentará en su exposición individual?

R. No lo tengo muy claro, pero habrá mucho de África. En diciembre volveré a Senegal para hacer un trabajo sobre tambores.