Salva, muchos goles y muy buenos
La imagen de la jornada, de toda la semana, casi de la Liga, es una celebración. La que Salva usa para acompañar sus goles. No se trata de un ritual tipo, ya que recurre a festejos distintos -desde la carrera alocada hasta la quietud torera-, sino de un acto insistentemente repetido. Trece veces ya, en tan sólo ocho jornadas, Salva ha tenido que brindar por un gol.El delantero del Racing ha entrado en racha. Y si en un principio su gobierno en la tabla de máximos realizadores fue puesto bajo sospecha -cinco de sus primeros seis goles llegaron de penalti-, si alguien pudo reducir luego sus cuatro goles del miércoles en Anoeta a la anécdota de un partido, sus tres tantos del sábado ante el Celta obligan a tener en consideración al ariete. Y ya no sólo por el número de veces que ha perforado las redes rivales, sino por la forma en que lo ha hecho. Sus tres tantos del sábado fueron una maravilla. Sobre todo el último, el que muestra el gráfico, un fin de fiesta ideal para la semana de su vida: controló la pelota en una esquina del área pequeña, se inventó un sombrero templado que hizo pasar de largo al defensa y, antes de que la pelota cayera al suelo, ajustó un tirito raso. Y todas las maniobras, para superarse, las ejecutó con la pierna izquierda. A lo Maradona.
