Autores del Carnaval de Cádiz negocian las bases del concurso con el Ayuntamiento

La Asociación de Autores del Carnaval de Cádiz se comprometió ayer a participar de nuevo en la comisión de trabajo que analiza y propone posibles cambios en el reglamento del concurso oficial de agrupaciones. El concejal de Fiestas, Juan Antonio Guerrero, y el de Presidencia, Jorge Moreno, se dirigieron ayer a la sede de los autores con la intención de quemar el último cartucho, a falta de 48 horas para la apertura del registro para el concurso oficial organizado por el Ayuntamiento. El certamen alternativo, propugnado por los autores cuenta ya con 72 agrupaciones apuntadas. Finalmente, los autores aceptan volver al órgano de discusión del reglamento del concurso y someter su dictamen a la aprobación última de la Junta de Gerencia, a lo que se negaban hasta ahora. Para facilitar este paso, el concejal de Fiestas se ausentará de la comisión de Trabajo y los tres representantes designados por el equipo de gobierno -dos concejales y un técnico- se abstendrán en la votación final del reglamento. Despejado este camino, se abren posibilidades de entendimiento entre las partes. "Este es un paso importante por parte del Ayuntamiento para mantener el diálogo, porque nuestra única intención es que no salga perjudicado el Carnaval, ni Cádiz", explicó Guerrero.

Guerrero sostiene que "pase lo que pase" el Ayuntamiento seguirá adelante con la organización de su propio certamen, como viene ocurriendo desde hace 52 años.

Los autores sólo concursarán si sale adelante su propuesta: unas bases renovadoras que incluyan "libertad de creación", es decir, posibilidad de introducir músicas distintas en los tangos y los pasodobles y la incorporación de estribillos diferentes.

También rechazan la existencia de un plazo mínimo para entregar las letras. El colectivo exige que se aplique estrictamente la Ley de espectáculos, que garantiza el cierre del bar durante las actuaciones y la ocupación integral del teatro, desalojando a las emisoras de radio que suelen ocupar un lugar entre bambalinas. Piden además el control estricto del aforo y pretenden introducir en escena elementos publicitarios.