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Gobierno y Diputación de Vizcaya resuelven sus diferencias sobre la ordenación del territorio

El Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya resolvieron días pasados las diferencias que arrastraban por la competencia sobre los planes de ordenación urbanística del territorio. El ejecutivo se había visto marginado en el planeamiento de Vizcaya, en áreas como las de Munguía y Balmaseda o incluso el Bilbao metropolitano. El consejero de Ordenación del Territorio, Patxi Ormazabal, se reunió hace unos días con los nuevos diputados de urbanismo y les recordó que los planes territoriales parciales (PTP) deben coordinarse entre diputaciones y Gobierno.

Tras esa reunión, la incomunicación y las querellas entre ambas instituciones se dan por saldadas. "Ambas partes tienen que estar implicadas en la redacción de los documentos. Los PTP tienen que contar con un amplio consenso. De lo contrario no sirven para nada", les transmitió Ormazabal a los diputados durante el encuentro.La anterior Diputación de Vizcaya encargó durante su mandato la redacción de los planes para las áreas de Balmaseda y de Munguía sin consultar previamente con el Gobierno, lo que provocó malestar en el departamento de Ormazabal. La consejería se ha sentido marginada del planeamiento de Vizcaya casi desde el primer momento, ya que a lo largo de la legislatura pasada tampoco pudo intervenir en los trabajos que se están realizando para el plan del Bilbao Metropolitano (el más relevante de Euskadi por afectar a una población cercana a las 700.000 personas). La Diputación lo encomendó a un equipo multidisciplinar de profesionales ajeno a la Administración foral. Estos técnicos sólo han venido dando cuenta de su trabajo al Ejecutivo vizcaíno.

La ley de Ordenación del Territorio, aprobada en 1990, crea tres instrumentos para ordenar urbanísticamente Euskadi: las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT), que es el documento matriz y cuya elaboración corresponde al Gobierno; los planes territoriales parciales, proyectos redactados para un área determinada (el País Vasco está dividido en quince áreas funcionales), y los planes territoriales sectoriales, destinados a regular las actividades que tienen incidencia en el conjunto del territorio y que no se limitan a un área funcional.

Al final, todos los PTP deben ser aprobados por el Consejo de Gobierno, aunque pueden iniciarse bien por el Ejecutivo de Vitoria o bien por las diputaciones. "El Gobierno siempre ha querido que las decisiones sean compartidas en todo el proceso de redacción, financiación y selección de equipos. Además, los ayuntamientos también deben estar al tanto de todo. Mientras que con Guipúzcoa y Álava las cosas han funcionado, la vía del acuerdo se truncó con Vizcaya la legislatura pasada", explicó el director de Ordenación del Territorio del Gobierno vasco, Juan Ignacio Izeta.

Las sugerencias que el consejero transmitió hace unos días a los tres diputados, los peneuvistas Juan Cruz Nieves (Vizcaya) y Koruko Aizarna (Guipúzcoa) y el popular Antonio Aguilar (Álava), fueron bien recibidas por éstos. "Se han arreglado las diferencias que había con Vizcaya", asegura Izeta, quien aún no se explica por qué se deterioraron las relaciones con el anterior equipo de Vizcaya. " Nunca nos dijeron las razones del distanciamiento, que cada vez era más evidente. Ahora se ha renovado el pacto para ordenar el territorio de manera conjunta", se congratula.

Empresa externa

En la actualidad se están redactando los PTP de doce de las 15 áreas funcionales en que las DOT dividen a Euskadi. El primer paso es encargar a una empresa externa la elaboración del proyecto de cómo debe ordenarse un área, atendiendo a todas sus variables, desde la vivienda hasta sus potencialidades industriales, de infraestructuras o medioambiente. De momento, sólo un PTP (el de Álava Central) ha pasado a la siguiente fase, la de convertirse en un avance, que es expuesto públicamente para que particulares, ayuntamientos, diputaciones o el propio Gobierno formulen sugerencias. En el caso de esa zona, se han presentado 18 alegaciones. "Aprovechando la presencia de los nuevos equipos forales de urbanismo, ha llegado el momento de retomar los PTP y de impulsar los proyectos actuales o de reformularlos", avanza Izeta.

La aprobación de un PTP también está sujeta a decisiones políticas y no sólo a consideraciones técnicas. Por eso, los actuales diputados de urbanismo tal vez quieran marcar su impronta en proyectos tan ambiciosos como el Plan Territorial de Álava Central (que debe compatibilizar el planeamiento de los 32 municipios que engloba este área funcional) o el del Bilbao Metropolitano (35 ayuntamientos).

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