El PSOE amenaza con expulsar a los dos ediles tránsfugas de Móstoles
El PP abre la posibilidad de una moción de censura
La Federación Socialista Madrileña (FSM) no está dispuesta a dilatar la crisis de Móstoles (195.300 habitantes) generada por la dimisión de los dos ediles que solicitaron el viernes su paso al grupo mixto y han dejado en precario el gobierno local. El secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, anunció ayer que pedirá la expulsión de ambos si mañana no vuelven "a la disciplina del grupo municipal socialista". El presidente regional del PP, Pío García Escudero, dejó un resquicio abierto a la moción de censura: "Todo dependerá de la situación de gobernabilidad de Móstoles".
Tras las elecciones del 13 de junio, la fuerza más votada en la segunda ciudad de la región fue el PP, que obtuvo 13 ediles. El gobierno, sin embargo, recayó en la coalición del PSOE (11 concejales) e IU (tres). Esta mayoría absoluta de la izquierda corre ahora el riesgo de perderse tras la dimisión de los ediles socialistas Mariano Bonilla y Carlos Gallo y su anuncio de pasar al grupo mixto.El secretario general de la FSM, Jaime Lissavetzky, intentó atajar ayer la crisis lanzando una advertencia a los dimisionarios: o vuelven o se les echará del partido. "Si persisten en su actitud propondremos a la ejecutiva federal su expulsión como militantes y les pediremos que devuelvan sus actas de concejal", remarcó. Eso sí, el plazo para que recapaciten expira mañana mismo, ya que la comisión permanente de la Federación Socialista Madrileña tomará una decisión definitiva esa misma tarde. Lissavetzky considera lógico que si Bonilla y Gallo han optado por abandonar el grupo socialista, lo hagan del todo y dejen los sillones de la corporación a sus sucesores en la lista local.
"Son actas que consiguieron gracias a los votos que recibió el PSOE en Móstoles, y, por tanto, si se sitúan fuera del terreno de juego han de ser consecuentes y no llevar a cabo un fraude a los ciudadanos", recalcó. El alcalde de la localidad, José María Arteta, se brindó al diálogo con los dos tránsfugas: "Espero que se lo replanteen y que hablemos; saben que mi móvil está abierto".
La hipótesis de la moción de censura planea ahora sobre la corporación mostoleña. De ahí que el secretario regional del PSOE se apresurara ayer a pedir al presidente del PP en la región, Pío García Escudero, "que sea consecuente". "Espero que no se presente una moción de censura, porque no hay una justificación, y creo que García Escudero no se apoyará en los votos de dos tránsfugas", confió.
Sin embargo, la respuesta del aludido no fue rotunda. "En principio, no soy partidario de la moción de censura, y menos con dos tránsfugas del PSOE, pero todo dependerá de la situación de gobernabilidad en que se quede Móstoles", comentó.
Partido "muerto"
Los ediles Mariano Bonilla y Carlos Gallo explicarán mañana los motivos de su marcha al grupo mixto municipal, si bien ya argumentaron que el PSOE local estaba "muerto" cuando renunciaron a sus cargos de presidente y vicesecretario de la agrupación socialista mostoleña, hace algo más de un mes. A juicio de Lissavetzky, los dos concejales "han confundido lo que puede ser un debate dentro del partido socialista con la obligación de un cargo público, que es la de gobernar un municipio". Y anunció que el PSOE y el PP, a nivel nacional, abordarán el espinoso asunto del transfuguismo esta semana precisamente. "Espero que salga de la reunión un acuerdo nacional entre todos los partidos para evitar fenómenos como el de Móstoles", apuntó.
El ambiente tampoco está en calma en la agrupación socialista mostoleña. Setenta militantes pidieron el miércoles la baja en el partido alegando que éste "ha llegado a un grado tal de deterioro que carece de un proyecto viable para los ciudadanos". El precedente lo marcaron Bonilla y Gallo, junto a otros seis miembros del comité local del PSOE, que pidieron la dimisión del secretario general, Antonio Macías. Además remitieron sendas cartas a los responsables regionales y federales del PSOE con la esperanza de que una gestora "salve al partido de la muerte".
Nadie ha respondido aún a la misiva. Los militantes críticos denunciaron, entre otras cosas, que el censo de la agrupación estaba inflado, que el partido en Móstoles había perdido su identidad y que el secretario general no había convocado una sola asamblea ordinaria en los dos años. En aquel momento, hace algo más de un mes, el alcalde se negó a admitir que la crisis del PSOE en el municipio pudiese salpicar al equipo de gobierno.
Aires de vodevil
La historia del grupo socialista en el gobierno de Móstoles tiene las trazas de un vodevil. Las luchas internas del PSOE local entre los renovadores, guerristas, renovadores por la base, Izquierda Socialista y los indecisos han servido de telón de fondo a una tensión que siempre ha acabado estallando en el Ayuntamiento de la localidad. El mandato más ajetreado fue el transcurrido entre 1991 y 1995. En ese periodo, el alcalde, José Baigorri, dimitió por dos veces, lo que le valió entre la población el apodo de "alcalde bumerán". No le fue a la zaga su sucesor en el cargo, José Luis Gallego, que le propinó una colleja a su "compañero" Alfonso García durante una reunión del grupo socialista que terminó con denuncias cruzadas en el juzgado. En paralelo, tres de los nueve ediles del PSOE se pasaron el último año del mandato con oportunas crisis de "incontinencia urinaria" que sufrían siempre en las sesiones plenarias y siempre que había que votar propuestas de su propio grupo político.El mandato siguiente -de 1995 a 1999- fue más tranquilo, pero no faltaron emociones fuertes. Según se acercaba el momento de las elecciones primarias del PSOE, se hizo más pronunciado el enfrentamiento entre el alcalde, José María Arteta (renovador), y su antagonista y edil de Cultura, Iván García (guerrista). Los comicios internos se saldaron a favor de Arteta, que, sin embargo, tuvo que incluir a su oponente en la candidatura a las elecciones del pasado 13 de junio por imposición de los órganos superiores del partido. Paradójicamente, el gran apoyo de José María Arteta en las primarias y en la campaña electoral fue Mariano Bonilla, el mismo edil que ahora le deja en la estacada emigrando al grupo mixto.
El PSOE gobierna en Móstoles desde 1979.
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