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Un juez condena por imprudencia a la estación de La Pinilla por la muerte de dos esquiadores

Un juzgado de Sepúlveda (Segovia) ha condenado a la estación de esquí de La Pinilla, situada en la sierra norte, por una falta de imprudencia simple que tuvo como resultado la muerte de dos esquiadores y la lesión de un tercero. La sentencia establece asimismo el pago de una indemnización de 22 millones para la familia de una de las víctimas.Nieves Sutil, una pedagoga de 34 años, falleció el sábado 17 de febrero de 1996 al caer unos 250 metros por una pista negra (de máxima dificultad, con pendientes de 45 grados) y golpearse de cabeza contra una torreta de sujeción de un telesilla de la estación. Media hora más tarde, otro esquiador, Joaquín Cano, de 30 años, falleció de la misma manera y en el mismo lugar. Los familiares de Cano llegaron a un acuerdo con la estación de esquí y zanjaron el suceso con el cobro de una indemnización de 25 millones, según fuentes cercanas al caso. Otros dos esquiadores sufrieron el mismo choque el mismo día. Uno de ellos, monitor de esquí, se partió las dos piernas.

Sutil acudió a La Pinilla (Segovia) el día del accidente acompañada de su marido y un amigo común. Hacia las tres de la tarde, los dos hombres descendieron más rápidamente que ella. Se pararon a mitad de pista, una roja, de dificultad alta, para esperarla. Entonces vieron cómo Nieves resbalaba en una placa de hielo y comenzaba a deslizarse ladera abajo. No encontró ningún saliente en el hielo para sujetarse. Cada vez iba más rápido. Al llegar al límite de la pista, la valla de seguridad no pudo frenarla. Nieves entró en una pista negra, aquel día estaba cerrada al público porque se encontraba "totalmente helada", impracticable para el esquí.

También alude la sentencia que la valla de seguridad que separaba una pista de la otra estaba semienterrada por la nieve y que presentaba un grosor insuficiente como para detener a los esquiadores. Esa pista negra tiene forma "de embudo" y "rocas a los lados", según la descripción del juez. Nieves cayó a plomo y se golpeó en la cabeza contra el poste número siete de un telesilla, salió rebotada y chocó de nuevo, esta vez contra un cañón de nieve. Murió en el acto. A Joaquín le pasó lo mismo.

El letrado de Nieves, Miguel Cano, explicó ayer que "La Pinilla incurre en responsabilidad penal porque nunca previó que pudieran ocurrir accidentes mortales dentro de sus instalaciones".

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