Padres al servicio del proyecto

Desde la firma del Pacto y la inmediata reforma de los Estatutos de la Covapa que centraban el control de las tres federaciones de padres sobre el presidente de la confederación, todo a finales de mayo, la figura del presidente José Antonio Ranchal se ha visto expuesta a severas críticas internas de la federación de APA de Castellón y del sector crítico que integra la gestora de FAPA-Valencia (que trata de recuperar la dirección de la federación, aún presidida por Antoni Garcés), por la connivencia de ambos con el PP para desmovilizar al movimiento de padres de la Comunidad. En público, Ranchal y Garcés han negado las acusaciones de "compra de padres liberados al servicio de la consejería". Sin embargo, el extenso documento analiza la cuestión con pelos y señales, ante el planteamiento de Ranchal, que el pasado 9 de septiembre planteó la posibilidad de retirarse de la presidencia y trabajar en un segundo plano. Esto fue rechazado de plano por la ejecutiva de Covapa. "Ahora no puede abandonar el barco". Sólo Lluis Tamarit, del sector de Garcés, reflexionó en voz alta "acerca de las familias internas del PP" y de "si Ranchal es ahora mismo el interlocutor más válido en la consejería". Varios vocales, como Juan Llosa, afirmaron que "Ranchal es insustituible" y "ha sido la persona capaz de diseñar el proyecto e iniciar su puesta en marcha" .

Su retirada a un segundo plano, se considera inoportuna "políticamente" ante la asamblea de FAPA-Valencia, del 21 de noviembre. "Si se marcha ahora, sobrevendrá una crisis tremenda en el proyecto en el que nos hemos involucrado todos". Es más, el documento, reconoce que "hay personas que se han dejado sus trabajos, porque apuestan por el proyecto". Si no se materializa el convenio la crisis se agravará. La falta de liquidez de Covapa y de las cuentas de FAPA-Valencia, forzaron a Covapa a "rescindir la relación laboral el 31 de agosto". Sin embargo, se precisa: "Estudiaremos alguna solución para las personas que han quedado sin trabajo".