Los errores reiterados de Díaz Vega deslucieron el partido

Manuel Díaz Vega, el árbitro, deslució el clásico. Muchas de sus decisiones fueron nefastas y los acontecimientos se precipitaron cuando, después de mostrarle una tarjeta amarilla a Sergi en el minuto 18, le perdonó la expulsión por dos veces. Primero, al no aplicar el mismo castigo cuando el lateral azulgrana agarró a Geremi; y a continuación, en una acción todavía más espectacular, en el minuto 32, cuando no vio las manos de Sergi, que salvó de esa forma y bajo los palos un remate de cabeza de Julio César. La acción de Sergi fue tan meridiana como el castigo que hubiera supuesto: penalti y expulsión directa. Tampoco el juez de línea vio nada punible en la acción. Van Gaal anduvo listo y sustituyó a Sergi para evitar males mayores.Aún más. Díaz Vega se encaró innecesariamente con Kluivert en un momento de gran tensión y el holandés lo insultó por lo que fue expulsado. El árbitro no quiso saber nada de las constantes tarascadas que recibió Figo, ni de los agarrones y empujones que se produjeron en ambas áreas y tiró de tarjeta mal y a destiempo. Una calamidad que tuvo efectos nocivos sobre un excelente partido.