Los grandes se miden en hora desigual

Llega el gran clásico del fútbol español en día laborable y en hora desigual para los dos contendientes (21.00 horas, Canal +). El Barça navega en la abundancia. Todos los números están a favor: es el campeón y el líder, lleva tres años jugando de la misma manera, le saca un punto por jornada al Madrid (seis) y su poder ofensivo (Guardiola-Figo-Kluivert-Rivaldos) es tan determinante que pocos reparan en sus bajas defensivas (Bogarde, Déhu y Frank de Boer). El Real Madrid aparece en el otro extremo: lastrado por las ausencias de zagueros (Hierro, Roberto Carlos) y volantes (McManaman y Balic), confundido en la cancha, en una posición de inferioridad. Lo tiene todo en contra, incluso el peso de la tradición, pues lleva 16 años sin ganar en el Camp Nou y seis sin meter un gol.Terreno abonado para un pronóstico local y, consecuentente, también para presionar al Barça y liberar al Real Madrid, dispuesto a dar el golpe. Los azulgrana pretenden darle al choque un tratamiento cualquiera, como si fuera un partido más, y ante las preguntas sobre el marcador al que aspiran responden todos, desde Guardiola a Van Gaal, pasando por Cocu: "Nos conformamos con ganar por 1-0". Los madridistas admiten la superioridad numérica del contrario, y se encomiendan a su espíritu, renovado en el segundo acto de su último choque con el Valencia, para buscar un triunfo que les redimiría en una noche de los pecados cometidos en un arranque de curso delicado, en el que tanto la mal desdicha como las lesiones le han torturado. Para el Madrid, el de hoy es un partido ideal, el choque preciso para marcar un punto de inflexión en el equipo.

Piensa Toshack, y coincide Van Gaal, que el tiempo que lleva el Madrid sin ganar al Barça en su casa es "más un estímulo que una losa". Entiende el técnico madridista que el Barcelona es un equipo accesible, pero su dispositivo para derrotarle ha quedado limitada por las bajas. Olvidados Hierro y Roberto Carlos, dos futbolistas que en el Camp Nou tenían últimante cierta tendencia a eliminarse, Toshack confiaaba en la velocidad y llegada de Balic-Raúl-Savio por las bandas, desde la segunda línea, por detrás de Morientes. Pero ayer se quedó sin Balic, lesionado de consideración, y tendrá que recomponer la banda derecha. El asunto está en donde jugará Geremi: si de lateral -entonces Seedorf ejercería de volante -de medio derecho -en este caso Michel Salgado entraría en la defensa- o de acompañante de Redondo en la medular. Anelka quedaría relegado a la suplencia, aunque entraría en escena en el segundo tiempo, puesto que Toshack está convencido de que será un partido de "catorce contra catorce".

La situación del francés es muy pareja a la del equipo. Hay la sensación que Anelka y el Madrid explotarán un día u otro, y aspiran a que sea hoy en el feudo del equipo que domina el fútbol español en la década de los 90. La declaración de intenciones del Madrid es, en cualquier caso, clara. "Queremos tener la pelota, someter al Barça, tener llegada por todos los flancos", argumentó Toshack, que, sancionado, no se sentará en el banquillo y se comunircará con Corral, su segundo, por medio del móvil. "¿El Barça?", se preguntó. "Todos sabemos por donde tiene peligro, pero me reservo desvelar cómo le contrarrestaremos".

Tampoco ha aclarado Van Gaal qué piensa hacer con la defensa. La duda está en quien jugará de segundo central. Una opción es retrasar a Cocu y dar entrada a Zenden, aunque los dos tienen problemas físicos. Otra alternativa, que respetaría más el orden natural del equipo, sería correr a Reiziger hasta situarlo con Abelardo para dar entrada a Puyol como lateral. La entrada de Puyol en Valladolid resultó muy efectiva: al jugador de la cantera se le vio rápido, con chispa, y Ronald de Boer pasó a jugar de extremo, asegurando un buen control de la pelota.

Ronald de Boer es un futbolista comodín en un equipo que dispone de muchos recursos y con futbolistas muy motivados como Dani. "Hasta ahora sólo hemos perdido un partido y ha sido precisamente por la falta de motivación del equipo", recordó Van Gaal, aludiendo al partido contra el Alavés. El holandés, que hoy cumple su partido 400 como técnico profesional, confía especialmente en el poder desequilibrante de Rivaldo y Figo, que reaparece tras una sanción de tres partidos y que acostumbra a ser decisivo antre el Madrid.

"Nosotros estamos listos", concluyó el capitán azulgrana Pep Guardiola, "pero para nada nos sentimos confiados. ¿Iván Campo? Me gustaría recordar que en la final de Copa que jugamos con el Mallorca hace dos años, él solito aguantó al equipo hasta el final de la prórroga", prosiguió. "Aguardamos al mejor Madrid posible. Es mucho mejor equipo que hace un año". Cocu asintió y Van Gaal también, en un intento de rebajar la euforia del Camp Nou.

El estadio presentará una gran entrada, tanto en las gradas como en el palco, donde se reunirán todos los políticos en campaña electoral. No estarán, por contra, los dos presidentes. Núñez continúa su proceso de recuperación de la lesión de cadera y Sanz ha declinado viajar a Barcelona. La cháchara deja paso al juego. Llega el Barça-Madrid, el gran clásico del fútbol español, el partido que siempre promete más que ningún otro.