La guerra de Kosovo obliga a reparar graves carencias de los F-18 españoles
El Ejército del Aire ha realizado un análisis crítico de su participación en la campaña aérea de la OTAN contra Yugoslavia, el único conflicto con un Estado extranjero en el que ha intervenido España en este siglo. La actuación de los seis cazas F-18 recibió múltiples elogios, pero la Alianza pone ahora el acento en algunas deficiencias que se pretenden corregir con carácter inmediato.
La más urgente de esas deficiencias es la falta de equipos de radio Have Quick, un sistema que va cambiando automáticamente de frecuencia, lo que dificulta su interceptación. La ausencia de estos equipos hizo que, durante los bombardeos de la OTAN, los F-18 españoles sólo pudieran comunicarse con los aviones AWACS de mando y control y no con los otros cazas aliados. Ello impedía, por ejemplo, que se les pudiera avisar directamente si aparecía un avión hostil.El jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, Juan Antonio Lombo, reconoció el pasado martes, en el Congreso, que la adquisición de estos equipos es una necesidad "urgente", pues la OTAN ya ha advertido a España de que no podrá participar en la próxima campaña aérea si sus F-18 no van dotados de comunicaciones seguras. "Puede que sea la última vez que hayamos operado así", admitió Lombo.
La segunda carencia grave es la falta de equipos FLIR, que son los que permiten emplear armas de precisión -bombas de guiado láser- y realizar misiones de ataque nocturno. El Ejército del Aire cuenta ahora con una veintena de equipos FLIR de primera generación. Su objetivo es llegar a 40 y que sean todos de tercera generación para poder lanzar a mayor distancia del objetivo y en condiciones meteorológicas adversas.
La empresa estadounidense Lockheed Martin ha firmado un acuerdo con la española Sener para desarrollar el NIKE Hawk Bloque 3, un FLIR de tercera generación, pero el Ejército del Aire, que planea gastar 2.479 millones el año próximo en estos equipos, examina también una oferta israelí.
La tercera carencia que se pretende subsanar es la de un equipo de navegación que combine el sistema inercial, como los de los F-18, con el GPS (Sistema de Posicionamiento Global) por satélite. De nada sirve, según los responsables de la Fuerza Aérea, una identificación precisa del objetivo si la inexactitud del sistema de navegación sitúa al avión a varios kilómetros de donde debe estar.
Durante los 79 días de bombardeos, los F-18 españoles hicieron 264 salidas, el 80% de las programadas, con un total de 1.014 horas de vuelo. Más de 40 salidas fueron en misión de defensa aérea y el resto de ataque a suelo.
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