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TRIBUNALESLA MADRE DEL NIÑO ATROPELLADO ES IMPUTADA

El juez archiva la acusación contra un sospechoso del "caso Natzaret"

El juez encargado de investigar la muerte de Antonio Civantos, el camionero linchado después de atropellar a un niño en Natzaret, un depauperado barrio de Valencia, ha sobreseido provisionalmente la imputación que pesaba sobre Jesús G., uno de los dos supuestos responsables del asesinato u homicidio del transportista. El magistrado, Vicente Ríos, ha tomado esa decisión al tiempo que acordaba aceptar la petición del fiscal encargado del caso, Julio Bruzón, para imputar por un delito de asesinato a la madre del niño fallecido. El titular del Juzgado de Instrucción número 15 ha atendido los argumentos de la acusación pública -la presencia de sangre del camionero en las ropas de Soledad Muñoz- y añade otros que justifican su decisión: las contradicciones de su relato de los hechos (inconcreciones sobre su reacción tras el accidente) o la naturaleza de las armas utilizadas en el apaleamiento, perpetrado, entre otros, con un cuchillo de cocina. Ahora bien, si Ríos se alinea con el fiscal a la hora de imputar a la madre del niño fallecido, hace lo contrario para decidir sobre la situación legal de Jesús G., el segundo de los imputados por la muerte de Civantos y el único de los dos que ha negado siempre su participación en los hechos. El juez decretó ayer el sobreseimiento provisional de la imputación dada la inexistencia de pruebas que le vinculen con el crimen. Sin fundamento El sobreseimiento provisional implica que, si no aparecen nuevos indicios que relacionen a Jesús G. con el linchamiento, éste queda libre de cualquier culpa. El segundo imputado, amigo de la familia Muñoz, siempre ha negado su participación en los hechos. Según el juez, la acusación previa que se dirigía contra él siempre resultó "carente de todo fundamento o base indiciaria, pues tan sólo se asienta en informaciones anónimas de referencia cambiantes y contradictorias". Bien diferente es la situación en la investigación de José Muñoz, el padre del niño de 19 meses atropellado el pasado diciembre. Muñoz se entregó pocos días después del apaleamiento y, en su única declaración -posteriormente se negó a testificar- , asumió, personalmente, la autoria del crimen.

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