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Maragall se compromete en una cena con sindicalistas a impulsar las 35 horas semanales

Enric Company

Tras haber protagonizado las cenas con empresarios dispuestos a aportar fondos para su campaña electoral, Pasqual Maragall lo hizo ayer en el recinto de La Farga de L"Hospitalet de Llobregat con unos 6.000 sindicalistas de UGT y Comisiones Obreras, a quienes pidió el voto para el cambio en el Gobierno de la Generalitat. Ante ellos se comprometió a impulsar "las 35 horas semanales a la catalana, por la vía del pacto". El acto, al que asistieron unas 15.000 personas, fue organizado conjuntamente por miembros de UGT y CC OO, y por el PSC e Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V).

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"Quiero una verdadera igualdad de oportunidades para todos y para conseguirla hemos de derrotar a las fuerzas del conservadurismo", subrayó Maragall. Rafael Ribó, candidato de IC-V, intervino antes para explicar que en aquel acto confluían "dos votos distintos, pero complementarios" y que por esa razón compartían la convocatoria. "Tenemos claro que no compartimos el mismo electorado", afirmó, "pero los dos nos hacen falta para sumar y lograr el cambio". Maragall dedicó su intervención, en la que intercaló el catalán y el castellano, a explicar las razones por las que Cataluña necesita un cambio en el gobierno de la Generalitat. La amplia nave central de La Farga no se llenó del todo. Algunos de los organizadores hablaban de 10.000 comensales, otros de 12.000. Pero había cenas para 7.000 y quedaron unas cuantas mesas por ocupar. Maragall había puesto mucha ilusión en esta cena, a la que nada más subir al estrado calificó como de verdadero comienzo de la campaña electoral. "Y aquí estoy con la gente que amo", exclamó para dejar bien claro que estaba entre los suyos. Lo primero que explicó fue que la izquierda ha sido mayoritaria en Cataluña en todas las elecciones excepto en las autonómicas y que eso ha sido posible "porque demasiada gente se ha quedado en casa" a la hora de votar, de participar en política y en la construcción del país. Después explicó que su gran prioridad programática es la educación, y no escatimó promesas sobre ella. "Le daré la vuelta al sistema de la formación profesional". "Crearemos una red pública de guarderías". "Invertiremos más en cultura". La base de la sociedad justa por la que aseguró que combate está en la igualdad de oportunidades, dijo, y en la sociedad actual en ésta se basa el acceso al conocimiento. Maragall hizo también un cántico a la diversidad social y cultural de Cataluña. "Éste es un país producto de la aportación de muchas gentes, venidas de todas partes y ésa es su riqueza". Dijo que él mismo es un exponente de esas múltiples migraciones y para demostrarlo explicó que entre sus apellidos, de sus antecesores inmediatos, los hay valencianos, andaluces, gallegos, catalanes e incluso uno inglés. Para hacer un país "más justo y con nuevas oportunidades para todos", dijo, es necesaria la participación de todos. Tres grandes pantallas de televisión acercaban la imagen de los oradores a los comensales que quedaban más lejos del escenario. Éste estaba presidido por el lema Las razones para el cambio. Entre los asistentes estaban también sindicalistas de la Administración de la Generalitat y para ellos Maragall tuvo unas palabras especiales. "Os lo digo: yo cuento con vosotros". Recordó luego que él fue funcionario municipal y que, después, siendo concejal y alcalde, le tocó emprender "no sin problemas", la reforma administrativa del Ayuntamiento de Barcelona. Pero eso le sirvió para afrontar una de las reivindicaciones actuales de los sindicatos: "Yo instauré las 35 horas en el Ayuntamiento de Barcelona. Que quede claro. Eso es posible. Y lo haremos, instauraremos las 35 horas semanales. A la catalana, es decir, por la vía del pacto". Llegaron autocares hasta del Baix Ebre, del Berguedà, de Lleida, de Girona, pero el grueso de los asistentes eran miembros de los comités de empresa, muchos de ellos acompañados de sus esposas. Maragall se sentó entre el líder de Unió de Pagesos, Pep Riera, y Diego Martínez, secretario general de organización de UGT de Cataluña, y frente a ellos estaban Diana Garrigosa, esposa de Maragall, Narcís Serra, primer secretario del PSC, Jordi Gutiérrrez, responsable de relaciones institucionales de CC OO y Dardo Gómez secretario de relaciones institucionales del Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC).

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