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BALONCESTO Euroliga

El Madrid se estrella ante el Zalguiris

El debú de Djordjevic no impide la segunda derrota consecutiva del equipo blanco

REAL MADRID 60 ZALGUIRIS KAUNA 70El Madrid se encontró con una pared y no fue capaz de saltarla. Es más, chocó frontalmente y se hizo añicos. De nada sirvió la excitación creada por el debú de Djordjevic ante su publico o la intensidad con la que se empleó el Madrid durante casi todo el partido. Enfrente se había levantado un muro y nunca pudo ver mas alla. Los números delatan esta impotencia. Uno de 11 tiros triples (el único convertido por Alberto Angulo fue con el partido resuelto) y probablemente por primera vez en su carrera deportiva Herreros y Angulo firmaron una tarjeta en blanco conjunta en cuanto a tiros de campo se refiere.Con estos datos el Madrid no puede ganar. Y menos al campeón de Europa. Porque el nuevo Zalguiris es equipo tan incómodo como lo fue su anterior y exitosa version. A pesar de que, como le ocurre al Madrid, ha cambiado más de la mitad de la plantilla, mantiene ciertas características, sobre todo en lo que se refiere a su condición física. La mayoría de sus componentes, en especial los hombres altos, tienen la morfología de armario ropero de tres cuerpos. No ganarán ningún concurso de belleza, ni sus movimientos tiene gracia y elegancia, pero superarlos resulta muy complicado. No deja de resultar curioso que el Zalguiris, por donde han pasado fabulosos talentos como Sabonis, Kurtinaitis, Homicius, Iovaisha y gente así, nunca consiguiese la Copa de Europa y esta generacion, menos dotada en cuanto a habilidades baloncestísticas, ya cuente con un título en su palmarés.

Real Madrid: Djordjevic (15), Herreros (6), Lucio Angulo (11), Struelens (12), Scott (7); Galilea (2), Gnad (2), Larsen (0), Alberto Angulo (5) e Iturbe (0)

Zalguiris Kauna: Beck (4), Timinskas (16), M.Zukauskas (12), Masiulis (9), E.Zurkauskas (10); Zidek (12), Stumbrys (7), Sestoskas (0), Grgat (0) y Slanina (0). Árbitros: Dorizon (Francia) y Leeman (Suiza). Expulsaron por cinco personales a Scott (m.39). Unos 4.000 espectadores en el Pabellón de la Ciudad Deportiva. Segundo partido de la Euroliga.

Ante estos hombres de hormigón armado el Madrid sufrió un auténtico tormento para lograr una mínima regularidad en su anotación. Los aleros, que dicho sea de paso atraviesan una evidente crisis de confianza, siempre tenían una mano encima que dificultaba en extremo sus lanzamientos. Eso cuando podían hacerlo. Herreros, por ejemplo, estuvo en cancha 18 minutos durante el primer tiempo. Sólo logró tirar a canasta en dos ocasiones. Significativo.

El primer aviso del apagón vino al inicio de la segunda parte (33-42, m. 22) resuelto en parte por los mejores momentos de Djordjevic. El base yugoslavo no está a punto, pero siempre intentó acudir en ayuda de su equipo cuando las cosas se ponían feas. El Madrid se puso por delante con una canasta de Djordjevic que aprovechó el base para pedir, levantando los brazos ostensiblemente, el calor del público. Este respondió, pero los aficionados no meten canastas. La segunda crisis fue la definitiva. Al Madrid se le apagaron las luces en el momento cumbre (55-55, m.34) pero era algo que se veía venir desde hacía rato. En 3 minutos fue incapaz de anotar un solo punto. En tres minutos se acabó el partido (64-55). Con este nuevo varapalo, el panorama dista de ser esperanzador. Dos victorias en siete partidos oficiales. Dos derrotas en otros tantos encuentros de la Liga Europea. Los tiradores, bajo mínimos. Los pívots cargándose de faltas con facilidad. Demasiadas malas noticias para un equipo que necesita victorias para reafirmarse en el camino elegido.

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