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Jordi Pujol fija en 62 diputados la mayoría amplia que necesita Convergència i Unió

CiU inició la campaña electoral con un Jordi Pujol con "más ilusión que nunca" que adquirió el compromiso personal de ganar las próximas elecciones autonómicas. Un compromiso para obtener una amplia victoria el próximo 17 de octubre, que el líder nacionalista fijó en 62 diputados. El acto de anoche también sirvió para mostrar en sociedad -ante los 1.500 militantes y simpatizantes que se congregaron en el Portal de la Pau de Barcelona- al núcleo duro de la coalición, el pinyol de esta campaña: Jordi Pujol, Josep Antoni Duran Lleida y Artur Mas.

Los tres se repartieron los papeles a la perfección. Mas se encargó de la introducción, Duran Lleida de los ataques contra Pasqual Maragall y los socialistas, y Pujol fue el responsable de animar a la gente, de demostrar al electorado que está fresco y afronta estas elecciones como las primeras, las de 1980. Y para redondearlo todo, una efectista escenificación con una pegadiza melodía compuesta por la neoyorquina Monica Green, Catalunya primer. La cantante estrenó ayer en directo la canción, con una letra incomprensible, debido a su acento inglés, pero que se hace más digerible en su versión enlatada. El presidente y candidato a la reelección, una vez pegado el primer cartel, se apartó de su guión y fue el Pujol de siempre, el que tiene que transmitir confianza e ilusión para ganar las elecciones. Una vez más, reclamó pasar el rastrillo, ir a buscar los votos uno a uno, y definió estas elecciones como las de la "ambición y el patriotismo". El candidato, como Mas y Duran, repitió hasta la saciedad los tres puntos fundamentales del programa de CiU: elevar el techo de competencias del autogobierno, un mejor trato fiscal y el incremento del Estado de bienestar. A quienes critican a CiU y a Pujol por su anquilosamiento y permanencia en el cargo, el líder nacionalista les contestó que aún le "tiemblan las piernas como en las primeras elecciones", que se emociona cada vez que concurre a las urnas y que conserva la misma ilusión, optimismo y confianza que en 1980. Si el presidente catalán, señaló, siempre habla en positivo, el líder de Unió se encargó de dirigir todas las críticas contra Maragall, del que afirmó que se destruye solo con todos los "errores" que ha cometido en esta campaña.

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