Un toque personal

Los objetivos de Tony Blair quedaron claros ayer. Necesitaba abanderar su partido y simultáneamente dirigirse a toda la nación. (...) Establecer la relación entre los objetivos y las acciones de su Gobierno, en apariencia desconectados. El reto era difícil, pero el primer ministro lo superó con brillantez. Fue un discurso muy logrado, como todos los suyos. Ha iniciado un proceso en el que puede lograr más respeto y más apoyo. (...) Alabó el sistema público sanitario, el derecho democrático a la sindicación y la dura labor de los funcionarios públicos. Intentaba persuadir a los laboristas de que comparte sus ideas, a pesar de su origen social privilegiado. (...) Un discurso que pretendía no asustar a esos nuevos votantes que necesita para lograr la reelección. Afirmó que "la guerra de clases ha terminado, pero la verdadera igualdad apenas ha comenzado".Su propuesta tiene contenido. (...) Repetidamente proclamó la lucha contra las "fuerzas conservadoras", no todas incluidas entre los tories. (...) Se situó con las feministas, con los que luchan contra el racismo, y se declaró incluso a favor de la libertad sexual. (...) Tony Blair quiere ser el campeón de la modernidad. Es una política inteligente, los votos contrarios mueren poco a poco. Algunos conservadores se han burlado de su modo de expresarse, mezclando la emoción con testimonios personales. (...) Gran parte de nuestra vida pública se desarrolla en lenguaje informal. (...) Faltó una explicación acerca de los métodos que piensa utilizar, pero no todo cabe en un solo discurso. Tony Blair hizo lo que debía, y lo hizo bien. , 29 de septiembre.