Detenido un 'histórico' estafador cuando ultimaba dos golpes de 200 millones
Luis Miguel Rodríguez Pueyo es aquel hombre que acudía a los juzgados de Sevilla disfrazado de monje-ninja cuando se juzgaba el caso Arny (corrupción de menores) por el que está condenado. Y es también un viejo conocido de la policía por su implicación en varias desapariciones y estafas, la mayoría en sociedad con el aristócrata Jaime Mesía Figueroa. El miércoles pasado fue detenido en Madrid acusado de nueve delitos de estafa y de estar preparando otros dos golpes de cerca de 200 millones de pesetas.
La Brigada Central de Delincuencia Económica capturó a Rodríguez Pueyo en la puerta de su casa, en la calle de Valliciergo, ante la que él mismo había montado un servicio de contravigilancia. Los agentes llevaban tras sus pasos desde enero, cuando residía en San Agustín de Guadalix (Madrid), y decidieron echarle el guante al llegar al convencimiento de que es el autor de nueve estafas que investigan seis juzgados de Madrid. Rodríguez Pueyo, calificado como "uno de los tres mejores estafadores y falsificadores de España" por la policía, es un especialista en golpes a bancos y grandes empresas, de los que obtiene datos con grandes dosis de ingenio. Recientemente, por ejemplo, estableció contacto con las mayores sociedades del país para ofrecerles una tarjeta vip de Iberia para directivos con la que se podría viajar y pagar en restaurantes. Gracias a la infinidad de datos que requería para concederla, obtuvo abundante información de bancos, directivos y cuentas. Al ser detenido, ultimaba supuestamente sendas estafas al Banco Santander Central Hispano y la inmobiliaria Exclusivas Ramiro por más de 60 y 100 millones, respectivamente.Ultimamente, para ir tirando, Rodríguez Pueyo y su banda se habían centrado en estafas inmobiliarias y en compraventas de coches de lujo, para las que contaba con unas seis personas (algunas, excelentes falsificadores) y dos empresas como tapadera.
Junto a él ha sido detenido Heber Francisco Calle, un quiosquero del paseo de las Delicias al que Rodríguez Pueyo llamaba por teléfono móvil cada vez que lo necesitaba a fin de que diera la cara por él en las operaciones.
Los coches de lujo los compraba con documentación falsa y los pagaba entregando un cheque bancario falso, por lo que el vendedor tardaba varios días en detectar el fraude. Inmediatamente, el grupo ponía el vehículo a su nombre y lo publicitaba en Internet. Si el valor era de siete millones lo vendía por un precio razonablemente barato, cinco, que cobraba en mano. Cuando el nuevo comprador intentaba ponerlo a su nombre se encontraba con que estaba denunciado como robado.
En cuanto a las casas, Rodríguez Pueyo se fijaba en los chalés de más de 100 millones cuya venta se anunciaba en la prensa. Tras ganarse la confianza del dueño, el grupo contactaba con alguna financiera a la que se le solicitaba un préstamo con garantía hipotecaria sobre la casa.
En su piso la policía ha localizado un sello de caucho falsificado de la Agencia Tributaria, que supuestamente era usado para falsificar las declaraciones del IRPF que pedía la financiera. Además, falsificaban documentos notariales e incluso las escrituras de propiedad de la finca. La policía tiene probado al menos un palo de 100 millones por este método a una financiera.
Asimismo, se han encontrado once DNI falsificados; pasaportes falsos de Bélgica; 19 sellos de caucho, otro del Consulado General de Bélgica en México y de varios bancos, como el BBV, el Pastor y La Caixa. También se han localizado cheques bancarios falsos, certificados notariales y un sofisticado material informático que la policía trata de descifrar para conocer el verdadero alcance de los fraudes.
La policía ha logrado detener, al menos temporalmente, la actividad de Rodríguez Pueyo, quien fue testigo en el caso Nani (desaparición de Santiago Corella en 1983) y estuvo encarcelado por el secuestro del industrial Felipe Batlló en 1987. También ha sido acusado de estafas al PSOE gallego y a la Acción Ciudadana de José María de Areilza.
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