Una sentencia que inquieta al "calcio"
Un futbolista italiano, condenado a ocho meses de cárcel por lesionar a un rival
El fútbol italiano no volverá a ser el mismo a partir de la sentencia dictada el lunes por un tribunal de Venecia que condena a ocho meses de prisión al jugador de Trieste Davide Favotto, de 24 años, por propinar un codazo al portero de un equipo contrario, Andrea D'Armellina, de 26 años. D"Armellina tuvo que abandonar su incipiente carrera deportiva a causa del golpe que le ocasionó lesiones en el intestino y en los pulmones además de la pérdida del bazo. Hasta ahora, todas las jugadas sucias del fútbol italiano habían quedado únicamente bajo el control y la eventual punición de las autoridades deportivas, a partir de ahora podría suceder que el defensa que pone una zancadilla, o el delantero que propina un cabezazo descuidadamente al contrario tendrán que vérselas con un juez.Los hechos juzgados en Venecia se remontan al 3 de marzo de 1996, durante el desarrollo de un partido del campeonato de fútbol amateur, entre los equipos Nuova Salzano y Jesolo. Se trata de un campeonato no profesional pero organizado con patrocinadores y con indudable entidad deportiva. De acuerdo con la versión aceptada por el tribunal, Davide Favotto golpeó, sin que estuviera por medio el balón, en el bazo al portero Andrea D'Armellina. Un incidente lo bastante grave como para obligar al agredido a dejar el fútbol.
Ante esta situación, el jugador no se contentó con reclamar sanciones deportivas contra su agresor y recurrió a la justicia ordinaria. Durante el juicio han prestado declaración futbolistas, técnicos, jueces de línea, el árbitro del infausto partido y hasta varios espectadores. Con tan amplio abanico de testimonios coincidentes el juez ha dado crédito a la versión del agredido: esto es, que recibió el codazo cuando estaba parado ante la portería, sin que hubiera ningún balón a disputar por medio. Por lo que la sentencia ha sido condenatoria para Favotto que no cumplirá los ocho meses de condena en la cárcel por carecer de antecedentes penales, pero deberá resarcir a su víctima con una suma modesta: 1,7 millones de pesetas.
Precedentes
La condena de Favotto, pese al nivel amateur del jugador, ha provocado cierta inquietud entre los futbolistas italianos, porque la decisión del tribunal de Venecia es una novedad absoluta en el balompié nacional, aunque no en la esfera internacional. En el Reino Unido se registraron ya dos precedentes de futbolistas que tuvieron que enfrentarse a la justicia por su comportamiento en el campo. La primera condena a un jugador se produjo en 1993, cuando Mark Stein, delantero del Stoke City, un modesto equipo de Segunda División, fue condenado a varios meses de prisión, por emprenderla a puñetazos con el defensa del Stockport Jim Gannon, que le había maltratado durante todo el encuentro dirigiéndole insultos racistas. Stein se libró de la cárcel gracias a la libertad condicional. Sin embargo, en 1995, el delantero del Everton y de la selección escocesa Duncan Ferguson, se convirtió en el primer futbolista en ir a la cárcel por un encontronazo con un rival durante un partido. La condena fue de tres meses de prisión por propinar un cabezazo a John McStay durante el encuentro celebrado el 16 de abril de 1994 entre el Glasgow Rangers y el Raith Rovers. En este caso la grabación de la agresión fue vital para que el juez formulara una condena inapelable.
La sentencia de Venecia puede sentar un precedente pero habrá que ver si los jugadores se deciden a llevar a sus colegas ante los tribunales en la muy rentable Primera División.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.