El 42% de los compromisarios da un serio aviso a la dirección
El secretario general del PP, Javier Arenas, sí quiso ayer referirse al "ejemplar congreso de democracia interna" del partido en Extremadura para subrayar así lo que otros, en alusión directa al PSOE, "no practican". Y aportó su propia colección de resultados de los cónclaves del PP para presumir de que en la Comunidad Valenciana, Murcia y Cantabria los candidatos habían sido elegidos con más del 90% de los votos; que, en Castilla-La Mancha, el presidente, Agustín Conde, había cosechado más del 80% de las papeletas, algo que cuestiona abiertamente el sector crítico en la comunidad y que reduce a apenas el 55%; y que, en Extremadura, el presidente, Juan Ignacio Barrero, había logrado más del 70%. Arenas no explicó luego de dónde sacó esos números ni cómo los sumó.Tras el lógico desconcierto inicial del recuento oficial, la Mesa del congreso proporcionó un balance distinto al alabado por Arenas. Primero se comentó únicamente que Barrero había sumado 280 apoyos frente a los 109 de Acedo. Más tarde se añadió que había otros 91 votos, repartidos entre cinco nulos, 65 blancos y 21 abstenciones. Los especialistas de ambos sectores se pusieron a sumar y dividir y obtuvieron porcentajes totalmente contradictorios. Finalmente, la Mesa aclaró el entuerto, aunque ya tarde para que los afectados pudiesen corregir las declaraciones ya efectuadas sobre la base de las primeras prospecciones.
Maraña de resultados
La Mesa determinó oficialmente que se habían emitido 417 votos, que Barrero había atraído 280 (67%); Acedo, 109 (26%); y que había también 25 papeletas blancas y tres nulas (7%). Los respaldos a Barrero habían sido 131 en Cáceres y 149 en Badajoz, por 34 en la primera provincia para Acedo y 75 en la segunda, que es su territorio de procedencia.
La maraña de porcentajes que se esgrimió ayer por los pasillos del Centro Cultural San Francisco de Cáceres, el lugar donde Alfonso Guerra anunció en 1991 su dimisión como vicepresidente del Gobierno, daba juego para un sinfín de interpretaciones, pocas positivas para el futuro de Barrero en esta región. Porque Barrero perdió apoyos significativamente entre sus propios adeptos. Apareció en el cónclave presumiendo por un lado de que iba a barrer a su rival con el 90% de los delegados; adelantó que disponía de 414 avales y que incluso estaba dispuesto a facilitarle algunos a su contrincante si los necesitaba; y llegó a demostrar como válidas 371 firmas. Cuando se abrieron las urnas, ya en secreto, alcanzó los 280 votos, que sobre el total de delegados previamente inscritos y nominados (480) es únicamente el 58%. Acedo recorrió dificultosamente el camino contrario. Le costó llegar a los 50 avales para ser reglamentariamente candidato, demostró verídicamente 78 firmas y se alzó al terminar la jornada con 109 papeletas.
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