Xabier Montoia sigue con su carrera resignado a vender pocos discos Esan Ozenki Records publica su tercera obra en solitario
El guitarrista, cantante y compositor Xabier Montoia concluyó el pasado mes de marzo un tercer elepé en solitario que acaba de editar la discográfica Esan Ozenki Records. El disco llega al mercado con la etiqueta de ser una obra "de madurez". El ex miembro del grupo M-ak le augura una existencia afín a la de sus predecesores: recibirá una excelente acogida por parte de la prensa especializada, pero los ejemplares fabricados pasarán una buena temporada en los expositores de las tiendas.
"Lo único que me consuela, es que la gente que siempre más me ha gustado, nunca ha vendido un disco aunque han tenido muy buenas críticas. Si no habría dejado todo hace tiempo, porque nadie me hace ni puto caso. Lo que me extraña es que alguien ponga dinero para que yo pueda seguir grabando, vendiendo lo que vendo. Me encanta que Fermín [Muguruza] venda tanto, porque gracias a él gente como yo podemos sacar discos", comenta Xabier Montoia agradecido y resignado. Efectivamente, la compañía del líder de Kortatu y Negu Gorriak ha puesto en circulación un álbum titulado Lagunak, adiskideak... eta beste hainbat etsai que, en ocasiones, recuerda al ex Hertzainak Gari y en cuya esencia está la exploración y exposición de ritmos reposados construidos sobre bases nítidas y marcadas. Una voz nada estridente, siempre en primer plano, remarca la solemnidad de una colección de 11 canciones que releva en el tiempo a Beti oporretan y Hemen, entregas previas del solista con las que no guarda grandes paralelismos. "Con el disco anterior creo que hay una diferencia radical. Ese era un disco de rock and roll, de arriba abajo. Siempre había querido hacer rock and roll, como yo lo entiendo: guitarrero. Con Hemen llegué a lo que para mí es el límite, a lo que yo podía hacer en el rock and roll: canciones que tenían cinco o seis guitarras. Veía que en el camino ése había llegado hasta donde podía, en las condiciones que estoy, aunque el nuevo disco tampoco me lo planteé intentando hacer lo contrario; el rock and roll me sigue gustando mucho", comenta Montoia refiriéndose a unas disparidades que comenzaron a forjarse al alterar su tradicional proceso de composición y que solidificaron con la labor de producción. "Un amigo me regaló un teclado de esos de juguete, un Casio que tiene unos ritmos baratos ya programados, empecé a hacer canciones con él y preferí dejarlas así, un poco desnudas. Pero no hay ninguna programación, todo está grabado por un bajista, un batería y un guitarrista", matiza Montoia olvidando citar que en Lagunak, adiskedak... eta beste hainbat etsai también suenan teclados, trombón, trompeta y la trikitixa de Joseba Tapia. Con dichas herramientas ha configurado su nueva obra un reputado artista que, tras casi tres lustros en el negocio, se encuentra a gusto en panorama musical actual. "En general, estoy más cómodo ahora porque cuando empecé con M-ak todo era una cosa que se llamaba rock radical vasco".
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