"No es un enfermo"

La acusación particular, que representa a 20 de las 43 mujeres agredidas sexualmente por Arlindo, sostiene que Arlindo no es un enfermo mental y sabía lo que hacía. Era una persona muy hábil, puesto que durante ocho años logró sortear a la policía. Además, buscaba el momento adecuado para cometer sus fechorías. Los fines de semana, por ejemplo, actuaba a la hora de la comida, mientras que a diario lo hacía por la noche. Cuando sospechaba que la policía andaba tras él, se daba un respiro y no actuaba durante un tiempo. Dejó de atacar durante un año tras leer una información periodística que aludía a la proliferación de violaciones en Madrid y que la policía sospechaba que el autor de todas ellas era la misma persona."No entendemos que tenga razones psicológicas que incidan en la comisión de estos delitos, nunca ha tenido tratamiento psiquiátrico. Creemos que sabía lo que hacía y que tenía capacidad y voluntad de hacerlo", manifestó Esther Peña, abogada de parte de las víctimas. Miguel Ángel Cocero, abogado de Arlindo, no tiene la menor duda de que su cliente es un enfermo y que, más que una pena de cárcel, lo que necesita es un tratamiento psiquiátrico que en el futuro le permita reinsertarse en la sociedad.