EU y el Bloc denuncian la "injerencia" del PSOE
"Injerencia" y "menosprecio". De esta forma interpretaron el coordinador de Esquerra Unida del País Valencià, Joan Ribó, y el secretario de organización del Bloc Nacionalista Valencià, Enric Morera, la decisión del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, de forzar la dimisión de los dirigentes socialistas salidos del congreso extraordinario celebrado el pasado fin de semana. Ribó calificó abiertamente de "falta de respeto" a la democracia interna del PSPV la intervención de Almunia. El coordinador de EU mostró su acuerdo a la organización federal de los partidos "pero eso no quiere decir sumisión y centralismo, que es lo que está ocurriendo". Ribó también se mostró muy crítico con la actitud mantenida durante la crisis socialista por el secretario de organización del PSOE, Ciprià Ciscar, y con su permanencia en el cargo, lo que califico de "poner otra vez las gallinas al cuidado de la zorra". Morera realizó una lectura similar a la de Ribó, y afirmó que la "injerencia" del secretario general del PSOE "demuestra la inexistencia de un proyecto autónomo del socialismo valenciano". Morera fue más lejos y mostró la intención de su partido de utilizar la crisis socialista en provecho propio de cara al congreso del Bloc del próximo 2 de octubre. Abrió las puertas a "muchos socialistas valencianos que no aceptan ser dirigidos por el PSOE a nivel central" y mostró las "simpatías" de su partido hacia "quienes quieran cooperar" con ellos "en la formación de una opción política progresista". Enfrentamiento personal El presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, volvió a referirse ayer a la convulsión que sufren los socialistas valencianos. El presidente del Consell dijo que la crisis vivida tras el congreso extraordinario "se venía venir" ya que el cónclave socialista "no tenía visos de salir adelante ni de prosperar" y describió la tormenta política socialista como un "enfrentamiento personal" entre los diferentes dirigentes políticos de mayor liderazgo". Zaplana, que acudió a Barcelona para apoyar la candidatura popular a las próximas elecciones autonómicas catalanas, vaticinó al socialismo catalán un futuro similar al sufrido por el PSPV tras la celebración de las elecciones. El vicepresidente segundo del Consell, José Joaquín Ripoll, secundó a Zaplana en sus referencias a la delicada situación que atraviesa la primera fuerza de la oposición. Ripoll definió el estado de los socialistas como de "encefalograma plano que no responde más que a los impulsos internos" e incidió en las quejas de la falta de un interlocutor válido en la oposición.
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