Una nueva cantera para la UPV

Hace tiempo que dejaron la juventud en un recodo del camino. Casi todos conservan el recuerdo infantil del olor a tiza porque en su época no había ordenadores. Algunos siguieron estudiando y a otros la obligación laboral les apartó de las aulas demasiado pronto. Muchos años y experiencias después comparten la inquietud por aprender. Tienen más de 55 años y a partir del próximo 23 de octubre, cien de ellos podrán ser alumnos de la Universidad del País Vasco. La institución académica inaugura este curso una nueva carrera: Ciencias Humanas. Los alumnos son muy especiales: hombres y mujeres mayores, sin actividad laboral, que "buscan enriquecerse personalmente". Así los definió ayer Pello Salaburu, rector de la UPV, en la presentación de la iniciativa, la primera en la comunidad vasca y con algunos precedentes en el resto de España. El plan cuenta con el apoyo económico de la BBK, que ha invertido 320 millones de pesetas en la adecuación de un edificio de su propiedad del Casco Viejo de Bilbao. El inmueble albergará tres aulas de la "universidad para mayores" o "aulas de la experiencia", que de las dos formas se denomina esta oferta académica, según recordó el presidente de la entidad. José Ignacio Berroeta. Dispondrá también de una sala de exposiciones, una aula informática, sala de lectura y de estudio. Hasta que finalicen las obras, en diciembre, los nuevos alumnos de Ciencias Humanas se entremezclarán con los jóvenes estudiantes de la Escuela de Ingenieros de la capital vizcaína. En dos de sus aulas estudiarán este trimestre los cien universitarios mayores que se matriculen. Este es el número que el Rectorado ha previsto para las preinscripciones, aunque las expectativas que ha despertado el nuevo plan universitario pueden superar la cifra. Si el incremento no es muy superior, la UPV ampliará el cupo. Y, si es excesivo, procederá a hacer una selección el 8 de octubre. El plazo de preinscripciones se abrió el pasado 20 de septiembre en la sede de la BBK de Elcano y permanecerá abierto hasta el próximo día 1. La matrícula se formalizará del 11 al 20 de octubre y su coste es de 50.000 pesetas. No se concederán becas, pero la entidad bancaria ofrece una financiación especial. Los estudiantes de la universidad para mayores comenzarán el curso el 23 de octubre y su horario de clases será de diez a una de la mañana. El temario será riguroroso y de calidad "para unos alumnos que no pretenden formarse para encontrar un trabajo, sino para enriquecerse culturalmente y crecer como personas", destacó el rector Salaburu. Estos universitarios no tendrán que sufrir exámenes que les obliguen a pasar las noches en vela. Pero tampoco se les regalará el título. Un máximo de 14 faltas por ausencia en el primer cuatrimestre hará que el alumno no pueda volver a clase. Sólo le salvará de la expulsión un justificante médico. Para conseguir el título después de tres años de estudios, los universitarios de las "aulas de la experiencia" deberán asistir al menos al 80% de las clases de cada asignatura. De lo contario, suspenso definitivo. Cada curso está compuesto de dos cuatrimestres de 15 semanas cada uno. Los profesores encargados de impartir las asignaturas y evaluar el trabajo pertenecen a la plantilla de UPV. Sin embargo, no todo será estudiar porque, como para sus compañeros más jóvenes, en el calendario escolar de esos peculiares universitarios también tendrán cabida las vacaciones. Las blancas, de Navidad, serán del 20 de diciembre al 10 de enero, y las de primavera, coincidiendo con la Semana Santa, del 20 al 30 de abril del año 2000. Y luego, a disfrutar del verano con la satisfacción del curso aprobado. "Hemos trabajado en esta idea con mucha ilusión", reconoció ayer el rector Salaburu. Con esta experiencia universitaria se pone en marcha un viejo proyecto del actual equipo rectoral de la UPV. Podrá descender el número de alumnos en sus aulas por la demografía, pero siempre habrá otros que mantengan la cantera. Los cien que comienzan este curso en las "aulas de la experiencia" son los primeros.