_
_
_
_

La Almudena afina su nuevo retablo musical

Una empresa radicada en Barcelona culmina el ensamblado del nuevo órgano de la catedral madrileña

La catedral católica de Madrid permanece cerrada a canto y lodo desde el pasado 28 de junio. Tanto en su interior como en su fachada se registra un trasiego continuo de albañiles, carpinteros y electricistas. Persiguen poner a punto el templo antes de los fastos del próximo 7 de noviembre, festividad de La Almudena, patrona de la ciudad que da nombre a la catedral. Cuando el trasiego cesa, los pintores encaramados en la nave central descienden con sus utensilios sobre un suelo del que han sido apartados polvorientos reclinatorios, mientras el traqueteo de las sierras enmudece. Entonces, del templo madrileño se apodera un silencio largo y profundo que asciende luego hasta los altos espacios del recinto.Arriba, en el coro, un laborioso grupo de especialistas, llegado de Barcelona, encuentra el momento callado preciso para probar el sonido del más grande de los instrumentos musicales que se conocen, el órgano, uno de cuyos mejores ejemplares acaba de ser ensamblado allí arriba.

Más información
El órgano mecánico más grande de España

El órgano de la catedral de La Almudena muestra hoy su gran fachada como un tríptico gótico de grandes dimensiones: 11 metros de altura por otros 10 de base. La madera clara de su gran caja, de contorno polícromo almenado, se estría en celosías paralelas relucientes en las que los operarios han incrustado tubos bruñidos de metales plateados y dorados herrajes. Cinco estrellas a modo de soles rematan otras tantas cimeras cuadradas que dibujan el margen superior. Seis escudos polícromos tachonan los merlones escalonados, donde el tamaño descendente de su tubería va hallando su geometría a lo largo del retablo sacro.

Por su magnificencia, el órgano instalado en La Almudena se asemeja a la fachada dentada de un cielo menor que desde el coro de la catedral hiciera deslumbrar toda la bóveda posterior y la nave central del templo. Construido por el maestro organero Gerhard Grenzing, el diseño estético del órgano es obra de Simón Platt, artista vinculado al estudio del arquitecto catalán Ricardo Bofill. El diseño técnico fue trazado por Jordi Andújar; la asistencia informática pertenece a Andreas Mühlhoff, y la caja de resonancia, el mueble que alberga el órgano adaptado al tamaño de la nave catedralicia, ha sido realizado por Manuel Hernández y su equipo de la empresa Decormoplás, radicada en la localidad de Sant Joan Despí.

Su ideación comenzó hace tres años en el taller barcelonés que Grenzing posee en El Papiol, cerca de Barcelona. Desde el pasado verano, una quincena de organeros, diseñadores técnicos, especialistas en la fabricación de tubos, electricistas, carpinteros e informáticos han faenado en el interior del templo madrileño para culminar el delicado montaje del órgano, uno de los más singulares de cuantos pueblan templos y catedrales de España. Consta de cuatro teclados manuales, uno de ellos situado a espaldas del organista, y de otro teclado más para accionar con los piés, denominado pedal.

Desde el lunes de esta semana, Gerhard Grenzing, hamburgués de 57 años, y sus colaboradores, como el burgalés Óscar Laguna, de 32 años, están dedicados en cuerpo y alma a armonizar el grandioso instrumento. En un plazo no superior a tres semanas habrán de dar color al sonido de cada uno de los aproximadamente 5.000 tubos que componen el complejo artefacto sonoro. Necesitan del silencio más estricto para calibrar sonoramente cada uno de los tubos, de entre dos centímetros y seis metros de longitud, así como para acoplar distintivamente cada unidad al conjunto y al volumen espacial y sónico del templo. Luego vendrá la afinación, otra operación laboriosa. La idea es que el templo reabra sus puertas el 31 de octubre, revestido ya de la polícroma gama de sonidos, ahora aún durmientes, que el nuevo órgano comenzará entonces a regalarle.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_