Savio le pone picante a un partido aburrido
El delantero brasileño marca dos goles y da otro para encarrilar el triunfo del Madrid sobre el Molde
El Madrid hizo los deberes sin sacar nota, como se suponía en un partido sin atractivos. Así lo entendió la gente, que hizo mutis. Despoblado Chamartín, el duelo se volvió confuso y sin nervio, problema que afectó más al Madrid que al abnegado equipo noruego. El Molde resistió con vigor pero sin cualidades reseñables. Sólo se dejó ver Lund, un tallo que cabeceó bastante y que sacó dos remates durísimos. Uno se escapó de la portería por una cuarta y el segundo se estrelló en la escuadra ante la mirada perpleja de Casillas, que no acaba de encontrarle el pulso a la titularidad. Por si las dudas, Morientes resolvió la cosa con una jugada de mérito: interceptó un ataque noruego, siguió el hilo y apareció en el segundo palo para rematar con estilo el centro de Savio, destacadísimo autor del segundo gol.La escasa historia del encuentro no impidió anotar ciertas tendencias del Madrid, algunas de las cuales parecen irremediables. Uno de los problemas surge de la colocación de la línea de defensas y de las características generales del equipo, de dibujo largo, con grandes espacios entre defensas, centrocampistas y delanteros. Como la querencia de Savio y McManaman les lleva a jugar en posiciones muy adelantadas, la brecha en el medio es escandalosa.
REAL MADRID 4
MOLDE 1Real Madrid: Casillas; Salgado, Campo, Julio César, Roberto Carlos; McManaman (Balic, m. 63), Helguera, Redondo, Savio (Etoo, m. 75); Morientes y Anelka (Guti, m. 55). Molde: Bakke; Strande, Tessem, Lydersen (Syngsaas, m85), Fostervold; Olsen, Fjortoft, Hestad, Lund; Linbaek (Sundgot, m.90) y Hoseth (Mork, m. 65). Goles: 1-0. M. 27. Centro de Savio desde la banda izquierda, y Morientes cabecea. 2-0. M. 58. Pase de Guti por el centro a Savio, que regatea a un defensa y cruza con la izquierda, magníficamente. 3-0. M. 70. Penalti a Guti que transforma Savio. 3-1. M. 79. Centro desde la derecha y cabezazo picado de Lindbaek. 4-1. M. 80. Jugada personal de Guti, por el centro, que acaba con un tiro raso. Árbitro: Strampe (Alemania). Amonestó a Lydersen y Strande. Pobre entrada en el estadio Santiago Bernabéu. Apenas 10.000 espectadores en noche fría.
Redondo y Helguera tuvieron que remar en mar abierto, demasiado expuestos a los contragolpes del Molde. No le vendría mal al Madrid adelantar a sus defensas, reducir espacios y complicar la vida a sus adversarios, que llegan al área madridista con demasiada facilidad.En los mentideros se dice que el problema está relacionado con Hierro, que desconfía de su velocidad y prefiere jugar cerca de su portero. Pero Hierro no actuó frente al Molde y la defensa siguió aculada en su área. Por ahí parece que Toshack tiene un trabajo que hacer. De lo contrario, el Madrid concederá más ocasiones de las razonables. Hasta el Molde tuvo las suyas, que ya es decir.
En la jerga, no cabe duda de que el Madrid está lleno de virgueros. Hay habilidad y rematadores. Con eso se ganan partidos a porrillo, pero muchas veces da la impresión de que el Madrid es más de lo mismo. Todos quieren la pelota, pero nadie la busca. Los desmarques son escasísimos y eso genera un juego previsible, una especie de manoseo que se vuelve pesadísimo. El defecto suele subsanarse porque Savio es un gran regateador, porque McMananam interpreta la vieja regla de tocar y moverse, y porque gol no le falta a esta gente. En este aspecto, Morientes está fuera de sospecha, aunque en los últimos tiempos parecía un poco tocado en su confianza. Los delanteros centro son una raza peculiar que viven más que nadie del estado de ánimo.
La llegada de Anelka le ha restado algo de pujanza a Morientes, pero lo básico está ahí. Y si no, basta con ver el primer gol, de delantero de toda la vida.
Si Morientes ha pagado algún peaje por la presencia de Anelka, éste vive sometido a la duda metódica. Se le tiene por estrella y se ve en la obligación de demostrarlo. Por ahora no lo ha conseguido. Desde luego, no le faltan condiciones, porque tiene una pinta de delantero formidable. Pero por ahora todo son apuntes que el chico no concreta. Toshack le retiró ayer en el segundo tiempo, decisión explicable por el deficiente partido del delantero francés. Desde el punto de vista anímico, su sustitución abundará en la melancolía que ofrece Anelka.
Fuera del tiro a la escuadra de Lund, el Madrid no encontró demasiadas dificultades para conseguir la victoria. A los noruegos les viene grande la Copa de Europa, pero el dinero manda en estos tiempos, hasta el punto de permitir la presencia de esta mediocridad de equipo en la competición más prestigiosa del mundo. Con sus defectos y una pizca de desgana, la distancia entre el Madrid y su rival fue abrumadora. La distancia que existe entre un regate de Savio y el tosco manejo de cualquier jugador noruego. Por eso importó poco que el Madrid anduviera al pasito. Cualquier acelerón le bastaba para comprometer al Molde. La jugada del primer gol, por ejemplo. Morientes recuperó el balón, salió todo el mundo rápido, la pelota llegó al extremo y Savio hizo lo que debía: metió un excelente centro que remató Morientes como un obús.
Con muy poco, el Madrid sacó una ventaja que se acrecentó en la segunda parte gracias a la actividad de Savio, que levantó ovaciones en el segundo gol, un monumento al regate. La entrada de Guti por Anelka también sirvió para mejorar el panorama. Por una razón: a este equipo de virgueros le faltan buenos pasadores desde los tres cuartos. Quizá McManaman y desde luego Guti, siempre a debate en el madridismo. Lo que no se puede debatir es su capacidad para encontrar pases donde los demás tardan en hacerlo y no lo consiguen. Al Madrid le conviene alguien con imaginación en la mediapunta, y lo más parecido a ese jugador es Guti. Y este arranque de temporada viene a confirmarlo, de la misma manera que existe la impresión del decaimiento de Iker Casillas. Su temprana titularidad quizá no le ayude demasiado. Cada partido es una pequeña tortura que cicatrices en un portero de indudables condiciones, pero todavía lejos de garantizar la seguridad debida en el Madrid.
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