El grupo Sobrino Sobrado aspira a salir del anonimato con su primer disco
Pop rock nítido, interpretado con una claridad que permite disfrutar con pasajes de guitarra acústica y teclados, temas más pausados que hablan de corazones rotos, otros que recuerdan a Doctor Deseo e incluso alguno interpretado en clave reggae. Todo eso se concentra en los 22 minutos que dura A solas (Laute Records), el primer disco de Sobrino Sobrado, quinteto de Orduña formado durante el verano del pasado año en torno a la figura del guitarrista, cantante, percusionista y compositor Iñigo Arrizabalaga. Concretamente, el germen del grupo se encuentra en una maqueta de un solo tema (Bilbao) que Arrizabalaga grabó en junio de 1998 "simplemente por la ilusión de grabar un disco". Luego, "a raíz de que sonó en la radio y captó la atención de diversos medios", Sobrino Sobrado fue requerido para ofrecer varios conciertos y al antiguo percusionista de Casa de Salud no le quedó más remedio que reclutar a cuatro músicos para que le respaldasen. Y escogió a instrumentistas curtidos en bandas como Akatz, Esturión (grupo vallecano que llegó a ganar el concurso Villa de Madrid), Los Vagos y Pequeño Toro Salvaje. Con ellos ha cimentado su sonido actual. "Es puñetero definir nuestra música, pero creo que encaja en el pop rock. Quizá sea así por las tendencias: Esturión y Pequeño Toro Salvaje eran grupos supercañeros. Así que, aunque yo vaya al local de ensayo con una idea en la guitarra acústica, como la música la consideramos de todos, esa influencia cañera repercute en el pop. Que no es un pop blandito, creo yo", explica el compositor. Gran compañía "Yo he estado ejerciendo 10 años como abogado en Bilbao, pero mandé todo a freír puñetas y grabé el disco. Esto es una apuesta", asegura Iñigo Arrizabalaga. Dicho envite se mantiene con la esperanza de ver cumplidas unas aspiraciones que se concretan en lo siguiente: "Llegar a la mayor cantidad de gente. Sería estupendo que nos fichara una gran compañía que nos diera más publicidad y nos metiera en los medios con muchas más posibilidades". A la espera de ver hechos realidad sus sueños, los miembros de Sobrino Sobrado se contentan con algo más elemental: "Cuando estás ahí tocando y la gente empieza a corear tus letras es ya una sensación única, por más o menos que vendas luego". Arrizabalaga sabe que son muy pocos los conjuntos que realmente llegan a triunfar y que dicho éxito depende muchas veces de valores ajenos a la calidad. "Hay músicos en la calle y, mismamente en Orduña, hay grupos que son superbuenos y que no han salido, ni van a salir igual. Y luego encuentras en las listas de ventas gente que, con todos los respetos, no sabes qué hace ahí. No hay una regla fija; yo creo que todo depende de tener suerte. Y eso es algo que caracteriza a todas las artes. Realmente el éxito depende de que te toque una varita mágica".
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