Sainz, quinto en una complicada etapa

La primera jornada del Rally de China llegó a agotar la resistencia de los pilotos más sufridos del mundo, acostumbrados a conducir horas y horas en las condiciones más extremas. La etapa de ayer se pareció bastante a lo nunca visto. "Es el rally más duro de mi vida", llegó a decir el finlandés Harri Rovanpera, piloto de Seat. Todos sus colegas compartían esa opinión, incluido el líder de la carrera, el inglés Richard Burns (Subaru), y también el español Carlos Sainz (Toyota), que acabó quinto a 39 segundos del primero.A todos ellos les quedan aún otras dos etapas, empezando por la de hoy, que presenta un recorrido de ocho tramos con 148 kilómetros cronometrados. "No estamos disfrutando nada de esta primera experiencia en China", reconoció Sainz, que no acabó de encontrarse a gusto en toda la jornada. El bicampeón madrileño cierra el grupo de aspirantes a la victoria, reducido ya a sólo cinco coches después de la primera etapa. Todos tuvieron algún que otro inconveniente, provocados sobre todo por el mal estado de los caminos, totalmente embarrados por la lluvia de los últimos días y la que también cayó ayer. Burns, que corre por sexta vez en China, fue quien mejor superó un día tan terrible y acabó con 19,8 segundos de ventaja sobre Didier Auriol (Toyota), 32,4 sobre Tommi Makinen (Mitsubishi), 39,2 sobre Juha Kankkunen (Subaru) y 39,7 sobre Sainz.

"Los caminos estaban imposibles", explicó el piloto español, que sufrió el mayor problema casi al final de la etapa, cuando una piedra le rompió el ventilador. Peor les fue a los hombres de Ford, pues sus dos coches, el de Colin McRae y el de Thomas Radstrom, quedaron fuera de combate en el primer tramo cronometrado, ambos víctimas de averías irreparables después de chocar contra rocas. Algo parecido le ocurrió a Makinen, el líder del Mundial, aunque en su caso resolvió el incidente con la pérdida del liderato que ocupaba en ese momento y de medio minuto.

En la lista de abandonos hay que añadir también el del belga Freddy Loix, que destrozó su Mitsubishi en una aparatosa salida de pista, el español Jesús Puras y el italiano de Seat Piero Liatti, cuyo coche se estropeó después de cruzar un profundo vado de agua. La lluvia fue protagonista de la jornada, y sus consecuencias obligaron a anular dos de los tramos cronometrados que estaban programados. El segundo Seat Córdoba, con Harri Rovanpera al volante, ocupó la sexta posición, pero ya a más de dos minutos de la cabeza.

Pero no sólo hubo incidentes en el recorrido competitivo.

Casi más peligrosos resultaron los sectores de enlace entre un tramo y otro, por culpa del numeroso público y de una organización inexperta. El andorrano Ferran Font (Seat Ibiza) chocó contra un vehículo de los organizadores durante uno de estos sectores de enlace y tuvo que ser hospitalizado, y Juha Kankkunen atropelló a un espectador, que sufrió la fractura de un brazo. Éste fue el cuarto incidente con el público desde que el Mundial desembarcó en China, hace 10 días, para los reconocimientos previos y la carrera.