Alperi pierde una votación por la rebeldía de un edil y la ausencia de otros cuatro

El debate se presumía polémico, pero degeneró en un espectáculo sin precedentes. La decisión de un concejal de abstenerse y no asumir la disciplina de partido, y la ausencia momentánea de otros cuatro para tomar café, orinar o fumar, hizo que el PP perdiera ayer una votación en el Ayuntamiento de Alicante, pese a gozar de una cómoda mayoría absoluta. El proyecto para construir un Continente se volverá a plantear hoy en pleno extraordinario y urgente.

Ayer se constató que los inicios de mandato no le son propicios al PP de Alicante. Si en el primer pleno celebrado después de las elecciones de 1995 uno de sus concejales se declaró en rebeldía y rompió la disciplina de voto, provocando una crisis que duró años en cicatrizar, ayer hizo lo propio el independiente Juan Zaragoza, que no parece dispuesto a favorecer con su voto el establecimiento de grandes superficies comerciales en la ciudad. Pequeño comerciante y ex presidente de diversos colectivos contrarios a los hipermercados, Zaragoza anunció al inicio de la sesión plenaria que se abstendría de participar en las deliberaciones y posterior votación sobre el proyecto de construcción de un Continente en la Vía Parque. Su decisión respondía a una cuestión "de orden". El edil, en su anterior faceta de dirigente empresarial, presentó recursos contra Continente y otras grandes superficies. Por imperativo legal, si lo hubiera en este caso, el edil debió ausentarse del pleno, pero optó por mantenerse en su asiento y abstenerse. El inicio del debate levantó el telón del espectáculo. Los socialistas, en la oposición, solicitaron la retirada de ese punto del orden del día por entender que, al tratarse de una modificación del proyecto inicial presentado por Continente, la Consejería de Comercio debía pronunciarse con carácter previo. El PP renunció a su turno de intervención, y el alcalde Díaz Alperi abrió la votación, sin advertir que cuatro de sus ediles se habían ausentado para tomar café, orinar y fumar, según admitieron más tarde. El primer edil hizo cuentas, y cuando comprobó que su partido estaba en minoría era demasiado tarde. Aunque llamó a sus hombres con rapidez para que votaran, el secretario reconoció que aquello era irregular, y por tanto debía darse por bueno el resultado de 12 votos a favor de la retirada, 10 en contra y una abstención. Alperi, sin embargo, forzó una segunda votación para aprobar el proyecto, que el secretario también anuló, y hasta probó con un tercer intento al final de la reunión, por vía de urgencia. Dado que su estrategia vulneraba el reglamento orgánico municipal, el alcalde asumió su falta de reflejos, dio por perdida la votación y convocó, in voce, un pleno extraordinario y urgente para las 10 de la mañana de hoy, con ese punto como único en el orden del día. "Durará 45 segundos", dijo. Para curarse en salud, primero preguntó al secretario si podía tomar esa decisión. El pleno extraordinario de hoy costará a las arcas públicas un mínimo de 120.000 pesetas, cantidad que se repartirán los seis concejales que sólo cobran por asistencia a las reuniones. Finalizada la reunión de ayer, Díaz Alperi repartió críticas entre sus concejales y la oposición, a la que tachó de "infantil" y "ridícula" por aplicar de forma tan escrupulosa el reglamento. Los cuatro concejales del PP que se ausentaron durante la votación también tuvieron lo suyo: el alcalde les pidió que renunciaran a una parte proporcional de sus sueldos para cubrir los gastos que acarreará el pleno extraordinario y urgente de hoy.