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FÓRMULA 1 Gran Premio de Italia

Un error de Hakkinen iguala el Mundial

Irvine encabeza la general junto al finlandés y Frentzen, tras ganar en Monza, se sitúa a 10 puntos

La gloria y la miseria se sucedieron en un abrir y cerrar de ojos ayer en el circuito de Monza. Mika Hakkinen sufrió en sus carnes los peores efectos del oficio. Había partido, como casi siempre, desde la pole position. Dominaba la carrera con la superioridad previsible. Pero en la primera variante de la 30ª de las 53 vueltas que debían completarse cometió un error y su McLaren se fue a la arena. La airada reacción del piloto finlandés traduce la trascendencia del episodio: ahora, a tres pruebas del final, el irlandés Eddie Irvine (Ferrari) comparte el primer puesto de la clasificación general con Hakkinen, con 60 puntos, mientras que el alemán Heinz-Harald Frentzen (Jordan), ganador ayer, se sitúa a 10 puntos, y el escocés David Coulthard (McLaren) es cuarto a 12 puntos.Hakkinen salió como un rayo del bólido, tiró un guante al suelo, hizo un gesto disuasorio para que nadie tratara de calmar su rabia y se fue hacia uno de los senderos del parque de Monza, donde lloró amargamente. Acababa de perder una oportunidad inmejorable para situarse a un paso de renovar su título mundial. En aquellos momentos sus máximos rivales, Irvine y Coulthard, rodaban en posiciones retrasadas, de las que no puntúan para la clasificación general: octava y séptima respectivamente. Fue el segundo grave error de Hakkinen esta temporada, después del que cometió hace cuatro meses también en Italia, aquella vez en el circuito de Imola. Ayer, en lugar de elegir la segunda velocidad para abordar la chicane, metió la primera. Las ruedas traseras de su McLaren se bloquearon y su motor se caló. Buena parte de los 110.000 espectadores que presenciaron la carrera ayer en Monza, partidarios de Ferrari, expresó su júbilo por la situación en la que quedaba la carrera y las consecuencias que pueden tener para el desenlace del Mundial.

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El abandono de Hakkinen lo cambió todo. El piloto alemán de madre española Heinz-Harald Frentzen era el único que no se había descolgado por el trepidante ritmo impuesto por Hakkinen. Cuando se retiró el finlandés, Frentzen se situó en el primer puesto de la prueba. Bien es cierto que el resultado aún pudo ser más desastroso para Hakkinen pero, a pesar de que Irvine no tuvo una actuación lucida, el piloto de Ferrari iguala en la general al finlandés, mientras que Frentzen aprovechó su segundo triunfo de la temporada para situarse en el tercer puesto del Mundial, a 10 puntos del dúo de cabeza, y Coulthard, que ayer tan sólo pudo concluir en quinta posición, mantiene abiertas sus expectativas para al título porque en la general es cuarto a 12 puntos de Hakkinen e Irvine. Quedan ahora tres grandes premios, los de Europa, el 26 de septiembre en Nürburgring, Malaisia (17 de octubre) y Japón (31 de octubre). Y ahora todo es posible teniendo en cuenta que cada premio otorga 10 puntos al primer clasificado, 6 al segundo, 4 al tercero, 3 al cuarto, 2 al quinto y 1 al sexto. Se avecina un final de temporada estresante. A pesar de que actuaban en casa, los Ferrari no estuvieron a la altura que se esperaba. Uno de sus representantes, el finlandés Mika Salo, llegó a estar durante un par de vueltas en primera posición, pero acabó tercero después de ser superado de nuevo por Frentzen y por el también alemán Ralf Schumacher (Williams). Aun así, Salo logró subir al podio gracias a que superó en los últimos instantes al brasileño Rubens Barrichello (Stewart), que invirtió unos segundos más en el último repostaje. Barrichello, que el año próximo conducirá para Ferrari, sí consiguió resistír los ataques de Coulthard para conquistar la cuarta posición.

Los españoles Marc Gené (Minardi) y Pedro Martínez de la Rosa (Arrows) se vieron obligados a retirarse. La carrera de Gené fue vista y no vista porque, tras dos pequeños choques en las dos primeras curvas -uno con Takagi y otro con Martínez de la Rosa-, tuvo que despedirse en la primera vuelta. Los problemas en el Arrows de Martínez de la Rosa empezaron al mismo tiempo que los del piloto de Minardi. "Gené ha intentado adelantarme en la primera chicane y he tenido que detenerme en boxes para que me cambiaran la bieleta de la dirección", dijo el piloto español de Arrows tras el Gran Premio. Martínez de la Rosa pudo continuar, pero en la 36ª vuelta también se vio obligado a claudicar a causa de los problemas en la suspensión que sufría su Arrows.

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