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Tribuna:GENERACIÓN SIN NOMBRE
Tribuna
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La reina del "zapping"

"Lo quieres todo demasiado coherente", dijo Conxa, casi enfadada. "Dices que las mujeres están haciendo la revolución. Muy bien, supongamos que sí. Pero, ¿para qué van a querer mandar?, ¿con uniforme y fusil o a golpe de talonario? ¿Y si yo te digo que mandamos cuando parece que no lo hacemos: al barrer, sirviendo cafés, controlándoles, a ellos, el móvil? ¿Y si resulta que no nos interesa para nada mandar tal como la generación de cuarentones y cincuentones, los tíos y la tías también, habéis dejado las cosas? ¿Y si lo que pasa es que habéis montado un mundo que a las chicas como yo, de 30 años, solteras, heterosexuales, delgadas, y con un curro mediano, digamos que una generación de mujeres sin etiqueta, nos da mucha risa? Déjame reír a gusto". Se despachó. Aún no sé bien cómo aprovechar esa mina de oro que es Conxa, una treintañera que, tras tremendos esfuerzos por sentirse "única y diferente", está orgullosa de "ser masa porque sólo es verdad lo que mueve a las masas, y yo soy masa porque me duermo cada noche viendo la televisión". Uf. Yo había hecho un plan consistente en tratar un tema por día; hoy teníamos que hablar sobre lo que ambicionan esas chicas que tienen perplejos a un montón de señores, y metí la pata hasta el fondo insinuando si querían mandar, poder, tomar decisiones... "Parece mentira que no te hayas dado cuenta enseguida: mando mucho: soy la reina del zapping... y mi mamá nunca me había prometido eso. Ellos, mis padres, me enseñaron a estar pendiente de dos cosas: la democracia y el dinero, pero no me dijeron que eso lo realizaría utilizando el mando de la tele. ¿No es divertido? Ahora ya no se atreven, porque no pueden, pero de pequeña, como tantos progres, me dosificaban la televisión; en cambio, mis amigas, fueran hijas de obreros o de ricos, lo veían todo. Y si lo ves todo ¡no pasa nada!". La reina del zapping, me prometí a mí misma, no iba a hacer zapping conmigo. Propósito difícil de cumplir. "¿Qué teneis la gente de tu edad contra la tele? ¡Yo vivo de los anuncios de la tele! ¡La publicidad es sana porque va más allá de lo sensato! ¿Por qué queréis siempre que todo sea ordenado y coherente?". Este torrente de palabras, este zapping posmoderno permanente, se llama Conxa P. Puig, y no me deja escribir dos líneas que sigan un hilo lógico: "También me llamo Inmaculada Páez; nací llamándome Inma, como la abuelita, pero cuando tenía 10 años, en 1978, con lo del Estatuto de Autonomía, todos empezaron a llamarme Conxa. Luego vi que Conxa y Páez no pegaban nada y preferí llamarme Conxa Puig. Ahora resulta que he vuelto a Inma Páez cuando trabajo con los de Madrid. Es un cierto lío, un zapping de mí misma, pero te acostumbras a ser dos o más personas". Es decir: generación sin nombre, generación zapping, ¿generación sin identidad? "A veces me pregunto por qué no me pusieron Bridget, un nombre que no tiene dudas, como Ramón, que suena igual en catalán o castellano y ya que tengo una madre catalana y un padre de Madrid, por lo menos podían haberse puesto de acuerdo en esto. Nada. Por eso no me extraña ver a los políticos como el perro y el gato: les divierte perder el tiempo, haciendo el número, en discusiones absurdas como quién es más catalán... imagínate que me preguntara eso a mí misma, que tengo amigos negros, rastas, ocupas y hasta chinos, todos estupendos; es decir, seguro que te parecerían rarísimos: les importa un carajo la revolución de las mujeres, o que Jordi Pujol suba al Aneto, o que se inaugure el Liceo... Por cierto: Cosme y Joan, mis jefes, siguen sin encontrar entradas, así que las que yo tengo suben su cotización; ¿cuánto crees que les voy a poder pedir por ellas aparte de que me suban el sueldo?". Me dejó agotada con su zapping vital. "Amo el caos. Publícalo", ordenó. (Continuará)

Investigación sobre si las treintañeras españolas son como Bridget Jones, Ally Mc Beal u otra cosa a través de la historia de Conxa. Barcelonesa, de 31 años, licenciada en Bellas Artes, trabaja en publicidad, vive sola y tiene ideas propias.

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