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Venus repite el eclipse

Los éxitos de las hermanas Williams, acontecimiento en EE UU por encima del tenis masculino

La explosión de las hermanas Williams (Serena y Venus), ambas ya en semifinales, ha actuado como una catapulta para el tenis femenino en el Open de Estados Unidos. El tenis femenino interesa incluso más que el masculino en este torneo, y no es la primera vez que eso ocurre en los torneos del Grand Slam. La mayor parte de la prensa neoyorquina abrió ayer sus páginas de deportes -y sus portadas en algunos casos- con la fotografía de una Serena Williams exultante tras su victoria sobre la tercera cabeza de serie, la también estadounidense Monica Seles, por 4-6, 6-3, 6-2. La noticia eclipsó incluso el triunfo de Andre Agassi ante el sorprendente francés Nicolas Escudé por 7-6 (7-3), 6-3, 6-4, que le clasificó para las semifinales, en las que se enfrentará al ruso Yevgeni Kafelnikov. Lo cierto es que la jornada del miércoles -madrugada del jueves en España- ofreció varios espectáculos épicos que se saldaron con los triunfos de Kafelnikov, Davenport, Serena Williams y Agassi. Sin embargo, lo más emocionante y espectacular se produjo en los partidos femeninos. El primero de ellos ofreció la redención de una Davenport prácticamente enterrada, que salvó dos bolas de partido ante Mary Pierce y vio incluso a la francesa levantar el brazo en señal de victoria (creyó que su revés había entrado en la segunda bola de partido, pero se cantó "fuera"), antes de ganar por 6-2, 3-6, 7-5 y clasificarse para las semifinales.

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Dos artistas.

El segundo fue una batalla campal de golpes y contragolpes protagonizada por Serena Williams y Monica Seles. Fue particularmente interesante entretenerse en las expresiones de las dos tenistas, reflejo de sus sentimientos más íntimos. Seles destilaba rabia e impotencia por todos sus poros en la parte final del partido, cuando se dio cuenta de que ni siquiera con sus mejores golpes era capaz de desbordar a Williams. Serena era el fiel reflejo de la educación recibida en casa: prepotencia y seguridad absoluta en la victoria.

Al final, Monica se rindió a la evidencia. "Lo hice todo bien. Conté con mis mejores golpes. Pero no pude cubrir la pista tan bien como ella", confesó. "A Venus y a Serena se las ve tan felices de tenerse la una a la otra, de estar ahí. Hay que aceptar que mi etapa como campeona comienza a pasar. Éste es el momento de Venus y Serena".

Ésa es precisamente la cuestión que todo el mundo se plantea en el circuito. ¿Quién va a poder frenar a Venus y Serena? La gente comienza a pensar que Richard Williams tendrá razón al afirmar que nadie podría impedir una final entre sus dos hijas. Por el momento, están en las semifinales y acaban de establecer un récord, puesto que en la era moderna nunca dos hermanas se habían clasificado conjuntamente para las semifinales de un Grand Slam. Serena, por otra parte, logró ayer 15 tantos de saque y, con un total de 42 en el torneo, es la que más ha sumado.

Sin embargo, Martina Hingis y Lindsay Davenport aseguran tener una respuesta: "Las ganaremos". Por el momento, Hingis tachó de "bocazas" a Richard Williams. Ahora ella y Davenport tendrán ocasión de demostrar si tenía o no razón, en la pista. En la estadística, Hingis supera a Venus por 7-3 en sus enfrentamientos previos, mientras que Davenport lleva desventaja de 1-2 ante Serena. En realidad, la actual campeona del Open de EEUU, Davenport, logró su victoria sobre la menor de las Williams en 1997 cuando ésta acababa de entrar en el circuito.

"Hay que reconocer que mi padre tiene razón en muchas cosas", señaló Serena en su última conferencia de prensa. "Dijo que yo explotaría, y estoy en semifinales. A Venus y a mí nos queda un partido para cumplir su pronóstico. En las semifinales, Venus deberá atacar sin cometer errores, porque Martina piensa mucho cuando está en la pista, se mueve muy bien y está pegando con más dureza a la bola. En la otra semifinal, Lindsay y yo somos dos pegadoras. Será una cuestión de aciertos".

En el cuadro masculino, la primera semifinal que se ha concretado no tiene desperdicio. Agassi se enfrentará a Kafelnikov, con el que ha perdido cuatro veces de siete. El ruso derrotó a Richard Krajicek por 7-6 (7-0), 7-6 (7-4), 3-6, 7-6 (7-5), a pesar de que el holandés estableció el récord de 48 tantos de saque en un partido (el anterior era de Ivanisevic en Wimbledon 97, con 46). El partido tendrá el aliciente suplementeario de estar en juego el liderato del tenis mundial. El que gane saldrá del Open norteamericano convertido en número uno. "No creo que ninguno de los dos pensemos en eso", señaló Agassi, campeón este año en Roland Garros y finalista en Wimbledon. "Le regalo ahora mismo el número uno, si él me deja ganar el sábado".

Cedric Pioline también sigue adelante. El francés continuó su racha de triunfos sorprendentes al clasificarse para semifinales tras imponerse por 4-6, 7-6 (8-6), 7-6 (16-14) y 7-6 (10-8) al brasileño Gustavo Kuerten, quinto cabeza de serie. El otro semifinalista saldrá del partido Dosedel-Martin.

Ayer, Arantxa Sánchez Vicario y Larisa Neiland perdieron en las semifinales de dobles femeninos ante Chanda Rubin y Sandrine Testud por 7-6 (7-4), 7-5. Y Manuel Orantes, junto a Iliana Klos, disputará la final del torneo de dobles mixtos ante Wendy Turnbull y Tom Gorman.

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