La cuestión es otra

Cometí una ligereza: al lamentar el desmantelamiento de Radio 3, pudo presuponerse que despreciaba la nueva programación de Federico Volpini, que es un profesional con todas las garantías. Me lo reprochan en una carta publicada el pasado sábado: lamento haber escrito mal. Estoy asistiendo a las purgas

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preelectorales de las emisoras con pretexto del santo deber de defender "la parrilla" de la programación renovada a cada temporada. El viernes oí despedirse a Andrés Aberasturi y sus buenos colaboradores para dejar lugar al crecimiento horario de Manuel Antonio Rico y su tertulia, tan variada en sus palabras como unánime en lo gubernamental; a Aberasturi lo mandan a la madrugada. Como mandan un programa clásico, La Calle 42, cuyo espacio ocupará Carlos Herrera, cuya calidad y profesionalidad admiro tanto como la de Volpini, y no prejuzgo lo que hará. Los responsables de esa "calle" que lleva años y años han preferido marcharse: mal hecho, pienso yo. Hay que aguantar y esperar.

Como todo esto coincide con la evicción de Julia Otero de Onda Cero, emisora a la que llega la vibración por simpatía y el cambio en ella de Concha García Campoy a otro horario -aguanta, y hace bien-; y el desembarco de monclovitas y afines en Antena 3 Televisión, y todo ello con la aproximación de las elecciones del 4 de abril, digo yo que algo está pasando.

Lamento la caída del equipo de Radio 3, que tenía un buen aire: no prejuzgo lo que vaya a hacer Volpini o, en todo caso, mis prejuicios le son favorables. Pero la cuestión es otra.